No soy ciega [✔️]

💙 Capítulo 19 💙

Narra Lucas

Últimamente no tengo idea de cómo sentirme.

¿Es extraño desearle daño a alguien y al mismo tiempo querer protegerla de todo? Quiero que el señor Montero page a pesar de saber que su sufrimiento lo absorbería Elisa. Ella que es ignorante a toda esta situación, que no sabe que su padre es un corrupto guiado por el dinero.

Tardé un par de semanas en contarle a Robert la situación, su cara de shock me hubiese hecho gracia en otras circunstancias; se que con su ayuda habrá justicia de la forma correcta. A mi madre sin embargo, no he podido, un par de veces lo intente pero las palabras no salían; posiblemente se entere cuando llegue él.

Sé que con la asesoría y ayuda de Robert podre obtener justicia de una forma que lastime lo menos posible a Elisa. Ella inconscientemente fue la que me hizo llamarle.

En las noche de insomnio pensaba como podría hacerlo hablar u obtener pruebas, sin reparar en las medidas. Hasta que la veía en la escuela, tan linda, tan entusiasta aunque odiara las mañanas, tan feliz, que no soportaba pensar que yo sería el responsable de arruinarlo.

Es tan contradictorio el asunto, por las noches me llenaba de ira, rencor y dolor, mientras por el día con solo verla, escucharla o sentirla cerca, me tranquilizaba.

El sonido del timbre me hizo reaccionar.

Jack estaba en su habitación, todo un milagro. Mamá estaba trabajando. Así que fui yo, casi seguro de quien era.

—¿Eso es barba o te pintaste? —pregunta burlón señalando mi barbilla.

—No extrañaba tu sentido del humor.

—Eso lo sé, si me hablaste no es precisamente por querer saber algo de tu queridísimo primo, sino porque necesitas mi ayuda. —Había olvidado lo egocéntrico que puede ser. Robert es diez años mayor que yo, se le podría considerar un "adulto" pero los que lo conocemos saben que es un niño atrapado en ese cuerpo. Confió en él, es familia —También él lo era— y sabe por todo lo que pasamos; tiene poca experiencia en campo pero sabe lo fundamental y con esos dos factores me basta.

—¡Robert! —grita Jack bajando las escaleras.

—¡Chaparro! —chocan sus puños en un saludo amistoso. Una parte de mi está molesta, mi hermano es grosero con nosotros pero llega él y todo es felicidad.

—¡Ya crecí! —reclama, pero se nota que está contento—. ¿A cuántos criminales has atrapado?

Trabaja de policía.

—Demasiados, aunque lo mejor son las damiselas en peligro... —Fanfarrón.

No tenemos oportunidad de hablar, mi hermano está como piojo sobre Robert y este totalmente fascinado contándole historias —poco creíbles— de sus conquistas y persecuciones.