XXXII: Agobiado.
Narra Lucas
El día fue asombrosamente mágico, como si el aire tubiese una anestesia para las dolencias físicas y mentales que pudiese tener; siendo esta risas, besos y caricias con la chica de sonrisa dulce. Sin duda califica entre mis mejores momentos, de esos que no se olvidan con los años o eso quiero creer.
Todo se evaporó apenas volvimos al auto.
En el trayecto repase mentalmente el tiempo que le llevaría a Robert volver, y repitiendo una y otra vez que estaría a tiempo para entregarme, lo que aseguro, era del tamaño de una USB.
Soy conciente que esta es la oportunidad con la que fantasie inconscientemente desde que identifique al padre de Elisa como el abogado de Marcelo. Fantasia que se fue asentando en mi subconsciente poco a poco, hasta revelarle todo a Robert y pedirle que viniera, sabiendo que él sabría como proceder.
Cualquier policía o persona en ese medio me hubiese dicho, en el mejor de los casos, que lo que pensaba hacer no entraba dentro de lo "legal" y que no me involucra en eso pero ya estaba harto de jugar como los buenos ¿De qué nos había servido? Teníamos dinero, ya no tanto como Marcelo pero papá no nos dejó desamparados. Y pensando que todo se resolvería con contratar buenos abogados no resultó porque la compañía en la que mi padre invirtió su vida le dio la espalda, los abogados de la firma conocían al juez.
Apenas me di cuenta que estábamos llegando luego de varias calles repletas de lujosas casas, algunas mejor cuidadas que otras pero luciendo su buen nivel económico.
Me detuve justo frente a su casa, la tensión me corria de pies a cabeza, y en un vano intento por aparentar tranquilidad bromee cuando avisó sobre que sería formal. Algo así me imaginé, esos lugares no van a dejar pasar a un chico en bermudas o jens desgastados. Agradeciendo las miles de veces que mamá insistió en comprarme trajes ya que decía que uno no era suficiente, sabía que de eso no tenía que preocuparme.
—No te preocupes, bonita. Iré muy elegante, tanto que me querrán contratar en el bufete.
Al despedirnos y verla entrar a la casa, giro el volante maniobrando para entrar al pequeño estacionamiento de la propiedad.
Apenas entro a casa veo a Jack y Robert jugando con la consola del primero, ambos sentados en el sofá pero con la cabeza en la pantalla. Mi primo no tarda nada en ubicarme, siempre está alerta.
—Esperame que ahora regreso para derrotarte —dice mientras se levantaba del sofá.
Subo las escaleras hacia mi habitación para buscar el traje azul casi negro que es de los más simples.
Al entrar dejo la puerta abierta, no pasa mucho para cuando se cierra con Robert dentro.
—¿Te lo dio?
—Si.
—¿Funciona?
—Iba a hacer una demostración pero después de la llamada preferi regresar de inmediato. Esta noche no se repetirá, Lucas; no hay riesgos y es casi imposible que falles.
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No soy ciega [✔️]
Novela JuvenilElisa Montero es una chica que desde muy pequeña quedó ciega, fue difícil aceptarse y acostumbrarse a lo que es. Gracias a su familia y amigos puede tener una vida normal de adolescente, asiste a la escuela, va a fiestas y sale con chicos... bueno e...