💙 Capítulo 01 💙

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14 de enero del 2016

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14 de enero del 2016

Un agudo pitido a mi derecha provoca que me remueva entrando en un estado de conciencia. Siento mi oído adolorido por el molesto sonido y mi cuerpo la anticipación de la mañana afrontando el hecho de tener que levantarme. En el fondo de mi considero la opción de no moverme, pero el sonido sigue y decido pararme para apagarlo.

Coloque estratégicamente el despertador en un mueble lo suficientemente retirado como para tener que salir de la cama si quería cesar el estresante tono de alarma.

Me dirijo al baño colocando la mano derecha en la pared con el afán de evitar que me tropiece, a pesar de que se el camino a la perfección ando lo suficientemente modorra para darme de bruces contra el suelo. Al sentir el frio material del lavabo abro el grifo, me lavo la cara y los dientes.

Abro la regadera para darme una ducha rápida, al salir me envuelvo en una toalla alrededor del cuerpo y otra en el cabello.

Voy al armario y busco ropa interior, después una remera holgada pero corta y un pantalón de mezclilla ajustado, busco mis tenis y ya estoy. Creo que soy una de las pocas, si no es que la única, que confía plenamente en el gusto de ropa de su madre.

No es como si tuviera de otra.

Me dirijo a las escaleras sujetándome del barandal para bajar los dieciocho escalones.

Ya en el comedor el olor a hot cakes me despeja por completo del mundo de los sueños.

—Buenos días, cariño —saluda mi madre con su usual alegría matutina, la envidio... ya quisiera despertarme así de feliz algún día.

—Buenos días, mami —digo intentando sonar despierta, sin embargo, el pesar de las mañanas es notorio en mi forma de caminar arrastrando ligeramente los pies hasta la mesa.

—¿Cómo amaneciste, hija? —pregunta mi padre bostezando en el proceso y eso me saca una sonrisa. Nosotros no servimos para madrugar.

—Con sueño, pero bien, papá. ¿Y tú?

—Igual —se ríe.

— ¿Erick? —pregunto.

Un aroma a pinos llega seguido de sus características pisadas.

—Aquí estoy hermanita —habla apresurado mientras se sienta a mi lado— estaba teniendo un sueño reparador ya que esta belleza lo necesita —fanfarronea.

No he de poder ver, pero mis otros sentidos están alerta a cualquier sonido por mínimo que este sea, cualquier cambio brusco en el ambiente, aroma; mis otros sentidos se encuentran tan desarrollados que casi son capaces de remplazarme la visión, casi.

Prosigo a comer mi desayuno

Platicamos un poco de a dónde nos gustaría ir de vacaciones y papá comenta que podríamos ir a México con la familia de mamá, hace años que no los vemos y sería buena idea.

No soy ciega [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora