Caminar

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Martes de Tanjirou.

El pequeño pelirrojo caminaba con confianza con su carrito pero sin su carrito el casi no caminaba.

Kyojurou quien se encontraba en la guardería al igual que Giyuu. Decidieron ayudar al pelirrojo a caminar y no tener miedo.

Kyojurou sujetaba sus manos mientras que el pequeño pelirrojo caminaba tambaleándose. El pelo negro. Solo estendio sus brazos sentado esperando a que tal vez Kyojurou dejara acercar al menor con él.

Giyuu se había encariñado demasiado con el pelirrojo, miró como en un acto sorpresivo el rubio lo alzó para abrazarlo y darle tiernos besos, aún que en su mejilla derecha la había jalado chupando de ella el pequeño Tanjirou hizo lo mismo con la mejilla de Kyojurou y simplemente se echaron a reír.

El pelinegro tomo a Tanjirou quitando  lo de las manos del rubio. Tanjirou solo los miró confundió, en un acto desprevenido dió un tierno beso en la mejilla de Giyuu.

Este algo ruborizado, bajo al menor para que pudiera sostenerlo de las manitas. Cuidadoso lo ayudo a dar unos cuantos paso sin que tambalara.

- ¿Ayudas a Tanjirou a caminar? ¿Por qué no intentas hacerlo de la otra manera? - sugirió sentándose de frente a centímetros lejos de él.

- ¿Cómo? ¿A que camine hacia ti? - cuestionó en vez de responder, el ojidorado solo asintió con su respectiva sonrisa. Sujetando a Tanjirou de la cintura le dió una pequeña vuelta para indicarle que caminara hacia Kyojurou, este poco a poco dió paso por paso asta llegar a él; sin que se diera cuenta que este se alejaba muy lento -. ¡Vamos Tanjirou! - animo al bebé que sonrió de solo escucharlo.

- ¡Lo haces maravilloso Tanjirou, no te detengas pequeño!

Y termino de lograrlo callendo en el regazo del mayor, e igual como antes. Lo sujeto de la cintura y dió una pequeña vuelta.

- Ve hacia Giyuu, un poco rápido pero con cuidado - dijo dando leves palmaditas en su espalda.

Este asintió casi perdiendo el equilibrio.

Respirando profundo y sacando su aire, de aquellos pequeños pulmones se propuso a caminar un poco más rápido, sin perder equilibrio.

Está vez había llegado más rápido terminado en sujetarse en las manos del pelinegro. Y lo mismo asta que pudiera lograr correr.

Tanjirou se sentía tan motivado, pues sus dos cuidadores le lanzaban aplausos, mimos, alagos, ánimos e felicitaciones. En un abrir y de ojos el menor con mucho más confianza pudo correr aún que casi se caía.

Era un gran día para él.

Kinder Garden (Kimetsu no yaiba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora