¿Un corazón roto?

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Si bien el amor era algo que llevaba a muchos lugares y extremos caminos. Y ahora Obanai sufría consecuencias por la irresponsabilidad de Mitsuri.

Obanai temblaba al dar cada paso en los pasillos de la preparatoria y rezaba a distintos dioses para que no se repara con Sanemi, aún que eso sería difícil al estar ambos en la misma clase.

- Oye Obanai - aquella voz le hizo dar escalofríos hasta la médula -. ¿Qué tienes ahí que parece un bulto? - curioso trato de ver pero Obanai se cubría.

"- Carajo - pensó tratando de cubrir lo que haría su fin".

- ¡Oi! ¡Obanai! - casi gritó Kyojurou, estando cerca del pelinegro preguntó lo mismo que Sanemi.

- Dejen de ser tan indiscretos - alejándose de ellos parecía un duende.

- Nemi

- ¿Qué fue eso? - Kyojurou curioso detuvo a Obanai del pantalón. En ese momento se escuchó otro "Nemi".

- Se escucha como la voz de Nezuko.

- ¡Kyojurou cállate! - regaño Obanai dejando ver a la niña.

Nezuko resbalandose de los brazos del pelinegro cayó al suelo, mirando a los ojos al chico de cabellos platinados. Sanemi no podía creer lo que veía, era su pequeña bebé.

Levantándose caminó hacia el mayor y decir con alegría - ¡Nemi!

Abriendo sus brazos espero a que la bebé lo abrazará pero señor ojos locos la cargó. Sanemi sintió el crujir de sus dedos.

- Opinó que Nezuko se quedé conmigo - Kyojurou sonrió besando sus mejillas.

La sangre le hervía a Sanemi. ¿No fue suficiente a verle arrebatado a la bebé. Justo cuando iba a tomar a la pequeña Obanai iba adelanté.

- Karonji me la dió a mi - atacó -. Ella me la confío, así qué es mía.

- ¡¿Tuya?! - cuestionó casi a gritos Sanemi -. ¡Ella me quiere más a mi, así que dámela! - estirando sus manos espero una respuesta.

- ¡No quiero! - negando optó por correr hasta el aula.

.🍮.

Sorprendidos que dejarán a Nezuko estar en la escuela, Giyuu se encargó de ella. Cargaba a la bebé casi quedándose dormido en clases, tenerla era como un calentador tan suave.

La suerte que corría entre ellos era que faltaba un profesor, por lo que nadie los supervisaba por mucho tiempo.

Obanai y Sanemi daban escalofríos por el aura oscura e pesada que emanaban. El blanquiscos quería arrancarle la cara al pelinegro y él los ojos saltones que tenía. Por lo menos Kyojurou había entendido la situación gracias a Sabito y Uzui.

Lanzándose murmuros de odio ambos chicos no se apartaban de la vista. Pero por otro lado Giyuu cayó rendido en su pupitre.

- Oh, Tomioka-kun se a quedado dormido. - comentó una compañera.

- La bebé trata de escapar - hablo otra soltando una risa juguetona.

- ¡Yo quiero cargarla! - con alegría un chico de clase se iba acercando a Giyuu.

Era una lastima que no compartían clase con Sabito: ya que él prefería ser pacífico, todo lo contrario a Sanemi que reacciono agresivamente un No. El oji-bicolor trato de detenerlo, ya que causaría un alboroto por su feo carácter.

- ¡Nemi, Nemi! - exclamaba la pequeña Nezuko.

Instantáneamente volteo a ver a la menor - ¿Si Nene? - un tono tan suave se escuchaba el apodo de la bebé.

Las chicas emitieron un "Aaaww" y los chicos a excepción de Obanai quedaban impresionados.

Nezuko movía sus brazos para dar en tender que Sanemi la cargará, lo cual el pelo blanco hizo de inmediato evitando las miradas de los demás. Sentándose así en su lugar para hacer su trabajo y a la vez mimar a la pequeña.

Obanai sintió un dolor en su pecho. Teniendo una serie de recursos con la pequeña pelinegra sentía las lágrimas aproximarse.

Después de todo ¿la bebé Nezuko prefería a Sanemi antes de él?. Derrotado se recostó en su pupitre tratando de estar aún lado de Giyuu.

Kinder Garden (Kimetsu no yaiba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora