Había pasado.
Lo que había rechazado unas semanas antes me había pasado a mí.
Fuí acusada de bruja y me desterraron del pueblo.
En la noche había corrido durante horas para alejarme del pueblo.
Ahora solo estaba quieta, pensando. Apenas había amanecido. El bosque estaba precioso. Pero para mí todo era horrible. La belleza de la zona me tranquilizaba, más mi amor por la naturaleza no podía hacer cesar mi llanto.
No volveré a ver a mis amigos, ni vecinos, ni conocidos... ni siquiera a mi familia. No podré ir a la Iglesia, pues aparentemente estoy "En contra de Dios".
Y tendré que vivir con eso.
Porque él no me protegió de las injusticias.
Ahora estoy por mi propia cuenta.
Que así sea.