Cuando falleció, me quedé estática.
Estaba tan en shock que no noté cuando el otro hombre se me tiró encima, haciendo que caiga al suelo y me golpee la cabeza.
Lyra agarró el arma. Lo pateó, sacándolo de encima mío y disparó.
Apenas llegué a taparme los oídos.
Ya estaban todos muertos.