Me tomó la mano suavemente.
Yo se la tomé también y la miré a los ojos, sintiendo algo que jamás había sentido antes. Volvió a hablar.
-Entiendo que quieras irte... -La interrumpí.
-¡No! No quiero, Lyra. Me encanta estar contigo.
-¿Enserio? -Levantó la cabeza, que tenía gacha.- ¿Segura?
-Segura. -Apreté un poco su mano y suspiré para lo siguiente. -Y-Yo...
Te amo, Lyra.
. . .
Yo también te amo, Arisa.
