Capítulo 25.

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La cena había sido agradable para los tres, Joel se encontraba sentado sobre junto a Daysi, viendo algunas fotos de Erick cuando era niño, mientras que Erick estaba buscando el helado en la cocina.

- Oh, recuerdo esas fotos - dijo Daysi señalando dos fotos del menor con una gorra de costado - eran de un vídeo.

Erick se dirigió hacia donde estaban Joel y Daysi, notando que su madre tenia el álbum familiar sobre sus manos, se cruzo de brazo de brazos, apoyando todo la peso sobre una de sus piernas, y fruncio el ceño.

- ¡Mamá! - se quejó el ojiverde, dejando el helado sobre la mesita.

- Mira, cariño - dijo Daysi, mostrándole la foto.

Erick se sonrojo completamente, y escondió su rostro entre sus manos.

- Por dios, que vergüenza - susurró cabizbajo el menor, sentándose junto a Joel.

Daysi ignoró el sonrojo notable de Erick, mientras que Joel sonreía de ternura al ver algunas fotos.

- Oh, y está - Erick se tiró sobre Joel para tomar el libro de las manos de Daysi, y cerrarlo.

- Gracias - interrumpió Erick, mientras que el rizado y su madre se reían a carcajadas ante la acción del castaño. - Fueron demasiados fotos por hoy.

- Tiene razón, aunque si luego quieres ver, Joel... - dijo Daysi y Erick abrió los ojos, tragando saliva fuertemente - tengo otros dos álbumes de fot..

- Que nunca en tu vida verás. - Finalizo Erick, y le sonrió falsamente a Joel y su madre.

- ¿Por qué? - Joel hizo un pechero y sonrió - son muy tiernas esas fotos.

- Porque lo digo yo - dijo seriamente Erick.

- Las fotos son mías, se las puedo mostrar yo - desafío Daysi, y Erick negó con la cabeza.

- ¡Mamá! ¿Cuánto puedes odiarme para hacerme esto? - preguntó dramáticamente Erick.

- A mi me gustaría ver esas fotos - informó con una sonrisa Joel.

- No, Joey, basta - se quejó Erick - para ambos - dijo mirando a su madre y al rizado.

- Está bien, otro día será - habló con una sonrisa Daysi. - ¿Hace cuánto tiempo se conocen?

- Once meses - respondió seguro Erick.

- ¿Once? - preguntó confundido Joel, y miró al menor.

- Sí, ó tal vez un año ya. - aseguró el ojiverde, y le sonrió al rizado.

- ¿En dónde? - interrogó entretenida Daysi.

- Fue en un partido, había ido a acompañar a Chris - comentó Erick, mirando a su madre.

- Es verdad - dijo el rizado con una sonrisa.

Daysi sonrió también. - Me agradas, Joel, creó que eres un buen amigo para Erick.

Erick tragó saliva al oír el "amigo", atragantándose con el helado.

- ¿Estás bien, Er? - preguntó Daysi, preocupada.

- Sí - asintió Erick, cambiando el tema de conversación.

Al notar que eran la una y media de la noche, el rizado se dirigió hacía su departamento, y Daysi se encontraba en su habitación, sola.

- ¿Ma? - preguntó Erick desde el marco de la puerta, llamando la atención de su madre.

- ¿Si, cariño? - preguntó apoyando su espalda sobre la pared que se encontraba detrás de la cama.

- ¿Puedo hablar contigo? - respondió su pregunta, sintiendo su corazón acelerarse.

- Sí, bebé. Siéntate aquí - dijo golpeando la cama suavemente, dejando un lugar junto a ella para que Erick pudiera sentarse.

El menor se acercó hasta su madre, sentándose en donde ella le había indicado.

- ¿De qué quieres hablar, cariño? - preguntó Daysi, acomodando el mechón de cabello que cubría el rostro de Erick.

- No va a ser fácil para mí decirte esto - comenzó Erick y Daysi lo miró intrigada - es decir, no sé como puedes reaccionar ó qué puedes pensar, pero, antes que nada, quiero decirte que no es algo malo y que tampoco daño a nadie, ¿si? Y que yo no elegí ser así, simplemente, nací siendo así, y que por más que quiera ó intenté, no podré cambiarlo. - Erick sonrió y miró a su madre, tomando sus manos.

- Ma - dijo antes de soltar todo el aire que había en sus pulmones - soy gay y Joel no es un amigo, él es mi novio - finalizó cabizbajo.

Daysi abrazó a su hijo, sin pensarlo dos veces al ver sus ojos brillosos.

- Cariño, estoy orgulloso de ti, estuve esperando este día hace mucho tiempo y me alegra que seas feliz - dijo sinceramente Daysi, con una sonrisa.

- ¿Esperando? ¿A qué te refieres? - preguntó Erick, levantando la mirada.

- Soy tú madre, y quieras ó no, yo sé cómo te sientes, incluso, antes que tú mismo lo sepas - aclaró Daysi.

Erick sonrió y volvió a abrazar a su madre, escondiendo su rostro entre el cuello de ella.

- Te amo, mami - susurró Erick.

- Yo también, Erickin - dijo Daysi y depósito un beso sobre la frente del menor.

- ¿Puedes no decirle nada a mi padre? No quiero que él sepa, es decir, no porque me avergüence pero sé cómo puede reaccionar y... - Erick comenzó a balbucear con nerviosismo.

- Está bien, cariño. Aunque no creo que aparecezca por aquí, ó no por un tiempo - interrumpió Daysi.

- ¿Por qué? - preguntó con una sonrisa Erick, no porque su padre no estuviera en su casa, bueno, en realidad, era por eso, nunca le agrado su propio padre y él sabía que tampoco le agradaba a su padre.

- Porque no - dijo firmemente Daysi, acostándose nuevamente en su cama - ¿Te quedarás a dormir en mi cama? - preguntó cambiando el tema de conversación.

- No, extraño mi cama - negó Erick y se levanto de la cama, saliendo de la habitación luego de saludar a su madre y desearle buenas noches.

El menor se recostó sobre la cama, abrazando a su almohada, pensó durante unos minutos sobre su vida, ó mejor dicho, sobre su futuro.

Sí, tenia miedo, no sabia que iba a suceder más adelante, pero de lo que si estaba seguro, era de que si Joel estaba junto a él, y su futuro hijo, todo iba a estar bien.

Sonrió y cerró sus ojos lentamente, hasta quedarse dormido.

A la mañana siguiente el menor se despertó con náuseas, y antojos de algo dulce.

Bajó hacia la cocina, encontrándose con su madre, se acercó hacia ella y la abrazó por detrás.

- Buen día, mamá - dijo al separarse del abrazo.

- Buen día, cariño - respondió con una sonrisa Daysi - ¿Cómo amaneciste hoy?

- Bien, ma, sólo que quiero algo dulce para desayunar - habló el menor mientras abría la heladera, encontrándose con un brownie - ¡SÍ! ¿Y tú, mami?

- Bien, cariño. Hoy tenía pensando en ir al centro comercial de compras, ¿Quieres ir?

- No, mami, gracias, prefiero quedarme en casa - respondió Erick al tragar un trozo de brownie.

Daysi lo miró y alzó una ceja.

- Ó quedarme con Joel - dijo Daysi, imitando la voz de su hijo.

Erick se cruzó de brazos e ignoró el comentario y la risa burlona de su madre.



























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Jodidamente enamorado // Joerick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora