-Bueno chicos, hoy el entrenador no ha podido venir, así que nos ha pedido a nosotros que os ayudemos en su lugar. Me llamo Mason por cierto.
Os explico: como él ha dicho el entrenador no ha podido venir así que estos 4 chicos de 23 años que van a la universidad del internado, en el edificio de al lado cachas, guapos, sonrientes, sexis...perfectos nos van a dar clase. El que habla es castaño con ojos oscuros y para mi el más guapo de ellos.
-Estás babeando -dice Aaron detrás mio riendose.
-Cállate- digo mientras le doy un codazo.
-Eres una estirada, seguro que no haces ni que se fijen en tí- dice juguetón.
¿Cómooo? Yo no soy una estirada (Divergente), yo soy maja cuando quiero y con la gente que quiero.
-¿Perdón? ¿Me acabas de llamar estirada? Ni si quiera me conoces.
-Pero no hace falta conocerte para darse cuenta.
-Ya verás como si que consigo que uno se fije- digo desafiante.
Se que lo voy a conseguir. En fin si una chica se muestra un poco accesible no solo va uno a por ella sino todos.
-Eso me gustaría verlo- dice riendo- gatita.
-Hoy practicareis puntería con pistolas. Como ya sabeis no son balas de verdad, si dan a alguien lo mucho que le pasará es que le salga un moratón.
Le lanzo una mirada de superioridad a Aaron y me dirijo a por el "arma".
-Esperad, Nick, Luck, Jerry ¿qué os ha pasado? -son los chicos que pegué ayer. Tienen mala pinta: algún moratón en la cara, se agarran las costillas y Luck cojea.
Rápidamente escondo mis nudillos. Si me entregan espero que tengan claro que no les voy a pedir perdón. En orgullo soy como un tío, lo valoro demasiado. Lo saqué de vivir 5 años con 2 chicos (mi padre y mi hermano) muy, muy, muy cabezotas, testarudos y bastante orgullosos, que hasta que no tenían lo que querían no paraban. Así que imaginarnos para elegir comida, mi padre quería ensalada, Will piza y yo hamburguesa, era peor que una pesadilla. Al final acababamos comiendo algo preparado por Gladis.
Me miran un segundo de reojo con miedo y apartan la mirada rápidamente al ver mi expresión de odio hacia ellos.
-Nada...es que...solo...jugábamos...
-¿No tendrá eso algo que ver con esto?- me pregunta Aaron señalando a mis manos un poco tenso.
-Prefiero no hablar de ello -que vergüenza me daría.
-¿Que te pasó?
-Nada...
-¿Te...tocaron? -dice incómodo.
Yo me callo no digo nada pensando que así se olvidaría. Pero mi silencio le dió la respuesta. Me mira a los ojos.
-Se lo haré pagar -dice serio, enfadado. Nunca le había visto así tan preocupado.
-A ver no me llegaron a tocar pero...
-Ya entiendo. Pues si que les has dado una buena. Te dije que tarde o temprano lo adivinaría.
Me dirijo a la zona de dianas a practicar.
Veo que Mason va a saludar a Aaron. ¿Se concen? Bueno da igual.
Voy hacia una diana y finjo que se me da mal para hacer que uno de los chicos me venga a ayudar. Para mi sorpresa Mason deja de hablar con Aaron al verme y se hacerca con una sonrisa en la cara.
-¿Necesitas ayuda?- dice mojandose los labios.
¡No parece obvio!
-Esque no se me da muy bien esto de disparar- miento, en realidad se me da de puta madre.
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PlayBoy, ¡deja de acosarme!
RandomYo: Cabezota, malhumorada, infantil, divertida, de pocas relaciones, guapa,me gustan todo tipo de deportes, diferente... y la nueva en un horrible y especial internado. Me reencontraré con mi descerebrado y sobrepotector hermano. Haré nuevos y locos...