Y ahí estábamos Aaron y yo, intentando sacar a 31 ruidosos enanos de un colegio por el que sus padres pagan un pastizal.
Nos dirigimos a una pista de baloncesto y fútbol (eran dos pistas una al lado de la otra) que hay casi al lado del edificio.
Como cabía a esperar, los chicos eligieron primero y decidieron jugar al baloncesto. No se me da mal, pero soy bajita, en comparación con Aaron así que perfectamente me hace tapón (Paulita te suena... Una coña de una amiga y mia jeje). Pero por otro lado soy tres cabezas más alta que los otros enanos y esos chicos enanos son mas altos que algunas de mi equipo. Muy hábil Aaron...muy habil.
Menos mal que traía las mayas (después me toca entrenamiento así que traje una bolsa con mi ropa de recambio).
Nos hicimos piñas por equipos.
-A ver...no me se ninguna táctica así que simplemente robar la pelota a quien la tenga (del equipo contrário), no dejeis de botar la bola, no seais chuponas y pasársela al resto porque quiero ver que todas halláis sujetado la pelota, si les queréis hacer falta procurar que no os vean y usar vuestros dotes femeninos contra ellos. ¡No importa como pero hay que ganar! ¿Quéda claro?- digo amable.
-¿Qué dotes femeninos?- pregunta una niña planita y muy, muy chulita.
-Tú ningunos- por favor que directa que soy- pero por ejemplo tú la del jersey amarillo solo hazte un poco la pu...guarra y les ganamos.
Ponemos todas las manos en el centro.
-Cuando cuente hasta tres decir lo primero que se os pase por la cabeza.
-¡Tres!-levantamos las manos.
-Unicornio- dice una.
-Panda.
-Culo.
-Pelota.
-Machacar.
-A...Piña- digo yo.
No os voy a mentir, lo primero que se me pasó por mi brillante cabeza fué Aaron, su sonrisa coqueta y la cara que se les quedará cuando les ganemos.
Nos ponemos la girafa acosadora y yo en el centro para ver que equipo emieza, haciendo eso de que lanzan la pelota y tú tienes que darla un manotazo hacia tu equipo.
Le miro y le echo la mayor mirada de odio del mundo. Incluso más que la de Liz pero él se limita a sonreirme coqueto y susurrarme.
-Hay miradas que matan, pero ¿la tuya? La tuya cariño me llena de vida- me dice justo antes de coger la pelota y largarse.
Me he quedado parada en medio de todo el campo repitiendo en mi cabeza sus palabras. Me he puesto colorada y hay niñas que me miran como diciéndome que qué me pasa.
Recapacito porque una niña ha conseguido quitarle la pelota al de los pantalones verde moco y al no saber que hacer ha hecho lo que cualquiera: pasar el marrón al siguiente.
Corro mientras boto la pelota hacia la canasta. Voy a tirar pero Aaron se pone en todo el medio haciendo de tapón.
-¿Qué pasa gatita? ¿No puedes encestar?- se chulea.
-Yo no, pero ella sí.
En un movimiento rápido le paso el balón a una niña la cual tira y milagrosamente encesta.
- ¡Ole, ole, ole mis cojones!- vitoreé mientras la daba un abrazo despegándola del suelo.
-La suerte del principiante...- se defiende Aron.
-Ya, ya, claro.
Os resumiré el partido: después de este marcaron los chicos, luego nosotras, luego otravez nosotras, los chicos y ¡nosotras! Vamos, que hemos ganado a los chulitos estos con un poquito de trampas...pero bueno hemos ganado que es lo importante.
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PlayBoy, ¡deja de acosarme!
RastgeleYo: Cabezota, malhumorada, infantil, divertida, de pocas relaciones, guapa,me gustan todo tipo de deportes, diferente... y la nueva en un horrible y especial internado. Me reencontraré con mi descerebrado y sobrepotector hermano. Haré nuevos y locos...