PlayBoy, ¡deja de acosarme!

19.La fiesta II

Y ahí estaba yo, en la pista de baile, bailando con Aaron dando pequeños saltitos y palmadas y intercambiando miradas de superioridad con Elizabeth.

Como supondréis esto de bailar con Aaron lo hago única y específicamente para darle envidia a Liz. Si, lo podeis decir, soy una cacho puta, manipuladora. Pero creerme que la cara de esta al verme bailando con él es épica y muy, muy stisfactoria.

La canción que ponían era horrible, demasiado tecno para mi gusto y las luces violetas, de colorines, la bola, los focos y estas que se encienden y apagan continuamente me empezaban a marear, pero aguanté por la causa.

Si os digo la verdad Aaron no baila mal, y además lo hace con esa sonrisa tan... Coge una de mis manos con otra de las suyas y yo me paro, me estremezco y me quedo contemplando nuestras manos juntas, mientras que su rostro no cambia. Levanta nuestras manos y me empieza a dar vueltas. Como si no me bastara con estar mareándome por el ruido y la luz ahora toca dar vueltas y la bebida de antes tampoco ayuda mucho. Parece que se lo está pasando bien.

Miro hacia Liz y veo que esta frotando su culo de silicona contra mi amigo. Sera puta... Decido contraatacar. Pongo mis manos entrelazadas alrededor del cuello de Aron, el cual se extraña por mi reacción, pero al cabo de 2 segundos cambia por una sonrisa y... No os vais a poder imaginar lo que pasa ahora. Se va. El muy cabrón se aleja de mi dando codazos a todo el mundo para abrirse paso. No le entiendo.

Lo veo a lo lejos al lado del DJ, un chico bastante concentrado en la música (lógico), con la típica postura de los cascos solo puestos en una oreja con una mano encima y la otra el la cintura y cara de "aha, entiendo..." Aaron le pasa un papelito que acaba de escribir y se gira para dedicarme una sonrisa y volver a caminar sensualmente hacia mi. Me lo como. ¡Mierda Ash, concéntrate!

De repente no me lo puedo creer, justo cuando Aaron está a mi lado me coje de la cintura me inclina y nuestros labios se juntan. Ok, no. Es broma, os lo habeis tragado. Jajajajaja (risa malvada). Eso JAMÁS, repito JAMÁS pasará, ni siquiera en un sueño. Lo que de verdad ocurre es que justo cuando está a dos pasos de mí empieza a sonar, una de mis canciones favoritas Lemonade de Danity Kane, es una música poco abitual en una fiesta y sé que Aaron ha tenido algo que ver. Más que nada por su sonrisa de satisfacción al ver mi cara de ilusión (rima).

El resto de las personas también se han quedado un poco desconcertadas por el cambio tan repentino de canción, pero la verdad, me da exactamente igual. Que les jodan.

-Oh Dios mio. ¡Me encanta esta canción! -digo llevándome las manos a la boca. Él simplemente se ríe un poco.

-El día que vinistes a dormir a mi cuarto miré tu móvil mientras te duchabas y copié tus canciones -dice como si nada, como si fuera lo más normal del mundo.

-¿Qué coño? ¿Y tú que hacías cotilleandome el móvil?

-En principio ver si tenías novio o alguna amiga guapa. Y para mi sorpresa ni tienes novio y bastantes amigas guapas, pero ellas me dán igual, yo solo te quiero a ti.

Primero: no tiene el derecho de verme el móvil, segundo: mucho menos para ver eso, tercero: ¿cómo ha acabado encontrando música? Y cuarto:¡WTF! Cuantos cojones tiene para decirme eso a la cara. Me ruborizo e intento esconder mi cara entre mi pelo para que no se note.

-A mí... Y esa chica de antes- contraataco.

-Seguro que no habría podido porque no dejo de pensar en ti- dice más serio -. Ni siquiera sentí nada al besarla. Solo lo hice para intentar sacarte de mi cabeza, pero no puedo, ni quiero.

Vale... No se que decir ni pensar. Me acabo de bloquear, pero este es bloqueo serio no como esos de: ¡¡¡mierda me toca pedir mi comida en la cafetería y sigo sin decidirme entre hamburguesa y piza!!! Que también es un dilema, pero no tanto.