Sus ojos perlados se abrieron espesamente hasta que se acostumbraron a la luz del sol que entraba por su gran ventana. La leve brisa hacia bailar lentamente a sus cortinas, dejándola hipnotizada unís momentos.
Para cuando quiso levantarse, sintió un peso encima de ella. Parpadeo unas cuantas veces más y talló sus ojos, tratando de desnublar su adormilada vista.
Cuando recupero por completo la visión, mostró un poco de sorpresa para después sonreír tristemente.
Anzu se encontraba abrazando su torso con fuerza mientras aún dormía. Ambas estaban desnudas, solo siendo cobijadas por la fina tela de la sabana.
Estaba realmente halagada por los sentimientos de la pelirroja, nunca antes le habían dicho cosas tan hermosas y significativas, pero... Hinata no amaba de esa forma a Anzu y aquello que habían pasado esa noche era lo mínimo que podía ofrecerle.
Se deshizo levemente de su agarre para no despertarla y se levantó de la cama para inclinarse un poco frente a ella.
—Gracias... —le susurro con dulzura, acariciando sus cabellos.
Se incorporó del suelo y tomó sus ropas habituales para comenzar ese nuevo e importante día.
•
—¿Que demonios está pasando? ¿Sakura te corrió nuevamente por haber despreciado su comida? —Shikamaru entró al despacho y lo primero que encontraba era al Hokage durmiendo en una cama inflable.
—Shikamaru... —el adolorida Naruto se incorporó sobre el incómodo colchón —, ya regresaste... —apuntó lo obvio tirando un bostezo al cielo.
—¡Claro que lo hice! No podía quedarme tranquilo en Suna al ver el mensaje que me enviaste —cerró la puerta tras de sí —. ¿Qué demonios pasó aquí?
El aún adormilado rubio se levantó y estiró cuál gato, soltando un sonidito de placer. Se puso sus sandalias ninja y peinó sus cortos, pero rebeldes cabellos, con su mano.
—El regresó de Hinata ha sido más complicado de lo que alguna vez pensé que llegaría a ser —se sentó en su silla.
—Si, leí todo el pergamino. Una mujer decapitada en medio de la calle que resultó ser amiga de Hinata, él robó del pergamino Hyuga, entre otras cosas —Shikamaru se sentó frente al rubio —. Sabía que Hinata ocultaba algo.
—¡No es su culpa! —aclaró de inmediatamente, sorprendiendo a Shikamaru por su arrebato —. Te contaré todo desde el principio y ayúdame a buscar una solución, Shikamaru. Quiero ayudar a Hinata.
•
El comedor se encontraba en total silencio mientras que el ambiente del lugar se sentía demasiado tenso.
El equipo Anatsu Dan se encontraba reunido junto al líder, quien tomaba tranquilamente su té mientras mantenía sus ojos cerrados, esperando a que sus subordinados se dignaran a hablar.
Al pasar los segundos y ver qué nadie tenia los pantalones para hacerlo, Hisao lo hizo.
—Recapitulemos. Chiyoko Hisawa, líder de la exterminada pandilla de secuestradores de chakras y habilidades excepcionales —dejó su taza sobre la mesa y alzó su mirada carente de emociones —. La matamos junto a sus subordinados y desgraciadamente también junto a sus hijos —Hisao suspiro al ver que Shinki apartaba la mirada y Sumiye apretaba su mandíbula —. Quiero que quede claro para todos —hizo énfasis en las dos ultimas palabras —, ese tipo estaría cazándonos aún sin haber matado a esos niños. Matamos a su esposa.
ESTÁS LEYENDO
Andāwārudo: La senda de Hinata Hyuga.
Hayran KurguLos años han pasado y por ende las cosas han cambiado en el mundo ninja. Todo era paz hasta que Hinata Hyuga reapareció, agitando pasados y trayendo consigo un presente y futuro abrumador. ¿Que es Andāwārudo? ¿Quien es Shinki y qué hay del pasado d...