➴❛❛𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐇𝐀𝐓𝐄❜❜; 𝐅.𝐖

⦏𝖈𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖔𝖈𝖍𝖔⦐

Atlanta, Georgia
01:42PM

Le dieron los últimos retoques a su cabello para que se encontrara completamente oscuro y sin rizos, continuó revisando mensajes en su celular y respondiendo algunos por parte de su familia, amigos y otros más.
La peluquera le dio la indicación de que ya podía irse de ahí y antes de hacerlo le dio las gracias. Afuera se encontraría con Caleb y Noah; con quienes eran su mayoría de escenas en ese día.

—Dijo Ross que nos teníamos que ir al sótano.— habló el moreno mientras se acomodaba la gorra y guardaba su celular en el pequeño bolsillo del short.

—¿Y Noah?— preguntó con curiosidad y cerrando un ojo a causa de los rayos del sol, los últimos días había estado muy caluroso en todos los set de grabación y era la única vez que agradecían por llevar shorts y playeras holgadas.

—Ya está allá, dijeron que tenían algo preparado para él.— se encogió de hombros y ambos se mostraron confundidos después de la respuesta de Caleb, era simplemente raro que los productores dijeran algo como eso.

Comenzaron a platicar sobre el hecho de que su tiempo ahí estaba durando demasiado comparando con que sólo habían regresado para hacer nuevas grabaciones y mejorar otras anteriores, ya llevaban ahí casi dos meses. Dejaron el tema y siguieron con las preguntas de qué harían después de stranger things y nuevos proyectos.

—¿Qué tal me veo?— escucharon la voz del castaño, quien iba disfrazado de algún tipo de mago o algo así pensaron. —Porque yo me siento fresco.— completó y les sonrió mientras se miraba a sí mismo, ambos lo miraron sin saber qué decir. —Oh, Millie te estaba buscando, Finn.— lo señaló con el dedo índice.

—¿Para qué?— le preguntó a la vez que revisaba las notificaciones por arriba buscando algún mensaje de su compañera, pero no encontró nada proveniente de ella.

—No me dijo, se fue por allá.— ahora señaló con la mirada una salida de emergencia, el rizado miró al moreno como si estuviera pensando en si ir o no a buscarla.

La grabación comenzaba en quince minutos, tenía suficiente tiempo para ir y regresar sin ningún problema. Soltó un suspiro algo fastidiado y comenzó a caminar hasta la puerta roja. Había un montón de lugares en los cuáles podría estar y no sabía por cuál empezar, optó rápidamente por la sala de vestuarios, en alguna ocasión había señalado que le gustaba pasar tiempo ahí, raro pero respetable.

Empujó la puerta gris encontrándose con un montón de señoras, quienes sólo levantaron la mirada al escuchar la puerta y en segundos la regresaron a su trabajo con la máquina de cocer.

Caminó en línea recto con lentitud y tranquilidad, aún revisando si la chica había mandado un mensaje. Giró al lado izquierdo y se encontró con más gente, con bastante ropa colgada, cintas, hilo y telas por todos lados. Dudó en seguir estando ahí ya que no se sentía cómodo, así que dio un paso hacia atrás para irse.

—¡Finnie!— escuchó la voz chillosa y un poco de su acento británico también se hizo presente. La chica se le acercó y lo abrazó casi tirándose encima. —Te fui a buscar hace unos diez minutos y Noah dijo que no estabas, ¿dónde estabas?— se le separó y al hacer la pregunta final; se cruzó de brazos.

—Estaban arreglando mi cabello, ya sabes; el mismo proceso por el que pasa todos los días.— le respondió sin ánimos. —Noah me lo dijo, pero no dejaste ningún mensaje para saber de qué se trataba.— continuó y ella sonrió agachando la mirada.