⦏𝖈𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖓𝖔𝖛𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖘𝖊𝖎𝖘⦐

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Atlanta, Georgia
06:52PM

Soltó un suspiro y levantó la mirada hacia su novio, el ahora pelinegro le sonrió de lado y le mostró una cajita con un lazo sobre ésta. Ella se sentía bastante nerviosa a causa de su presencia ahí y lo único que hizo fue abrazarlo por el cuello, a lo cual como respuesta sintió las manos del rizado rodearle la cintura a la vez que sentía su respiración sobre su oreja.

—Lo siento.— habló ella también estando cerca del oído del chico, quien le acarició la espalda con la mano derecha haciendo movimientos circulares. —Yo, estuve mal, perdí la paciencia y eso provocó que las cosas se pusieran feas entre nosotros. Nunca había perdido el control y ahora no sé por qué pasó.— puso las manos en los hombros de su compañero y lo miró.

—Y yo no te puedo pedir que ignores cosas que estresan y fastidian mucho. Ninguno de los dos supimos llevar la situación y preferimos hacerlo separados, eso fue el error de ambos.— le volvió a sonreír y le puso una mano sobre la mejilla; la cual estaba fría. —¿Te puedo dar un beso?— ella también quiso responder con otra pregunta pero Finn se adelantó y entonces la besó.

Aún con su mano en el rostro de la chica y la otra posicionada con la cadera de la misma con la cajita dorada de por medio, continuó besándola con lentitud mientras que sentía las manos de ella sobre su cabello a la vez le acariciaba donde mismo. Al cuestión de varios pocos minutos retiró cualquier contacto con el rostro de la castaña y decidió abrazarla por encima de sus brazos mientras que Hannia le rodeaba la cintura.

Las luces de diferentes colores del baile comenzaron a hacerse presentes y ellos con poder verlas sólo por las ventanas que se encontraban en lo alto del edificio una a un lado de otra siendo lo único decorativo de ese lugar; el cual suponían que era el gimnasio de la preparatoria o al menos algo cliché.
También pudieron escuchar lejanamente el sonido de la música que ahora proyectaban, esto no era muy alto así que ambos se quedaron en silencio sólo para alcanzar a percibir algo antes que el otro.

—Podría ser algo de Ed Sheeran o Justin Bieber, no sé de música.— dijo ella y luego de pensar en algunas canciones famosas se miraron con confusión y soltaron una risita. —¿Qué tienes en mente?— le preguntó mientras pasaba sus manos ahora al pecho de su novio.

—En lo único que pienso ahora es en The Weeknd.— contestó y le retiró un mechón de la cara a la chica. —Pero supongo que ya estarían haciendo cosas indebidas, no creo que los profesores se arriesguen así con un montón de adolescentes en el pubertad.— completó y miró los labios de ella.

—No sabía que las canciones de The Weeknd eran para hacer "cosas indebidas"— soltó una risita al repetir el termino entre comillas. —Pensé que dirías otro músico no de este siglo.— ahora ambos comenzaron a reír y el rizado le puso las dos manos en las mejillas.

—Y eso que no has escuchado Two Feet; y me refiero a solamente el sonido, la letra no.— añadió casi en un susurro y esta vez comenzó a agacharse en dirección a los labios de su novia, ella le puso una mano cerca del cuello y se hizo un poquito hacia atrás, no para rechazar el beso si no para hablar una vez más.

—¿Tú cómo sabes de eso si eres virgen?— le dijo y subió su mano hasta la frente del pelinegro levantándole el cabello que le caía por ahí. —Le voy a decir a tu mamá.— se mostró seria y por último esbozó una sonrisa.

—Yo no soy virgen, soy Finn.— ambos se miraron con ganas de reír por lo malo que había sido su chiste. —Como dicen en instagram; tú me corrompiste.—  dijo rápidamente y alzó la mirada al cielo, la castaña soltó una carcajada burlándose y soltó un pequeño grito hasta que él la volvió a mirar.

—Es tu culpa por estar dando indirectas de que quieres hacer cosas inapropiadas, como esa vez que se hizo una mierda por lo de toy story.— ahora ambos sincronizaron sus risas mientras que sus rostros se ponían colorados.

—¿Quieres ir a tu casa?— le preguntó y le dejó un beso en la frente para luego intentar hundir su rostro en el cuello de su novia. —¿Sabes qué día es hoy?— se separó de ahí inmediatamente para verla a los ojos y con ella una expresión bastante emocionante.

—Felices dos meses, cariño.— respondió y le acarició la mejilla izquierda, había estado todo el día pensando en la celebración mientras probablemente tenía bastantes ganas de llorar por lo distantes que estaban. —Te aviso de una vez que no estoy en mis mejores días para realizar ciertos actos.— el chico pareció haber entendido.

—Soy tu regalo de segundo mes. Feliz día linda, ¿quieres hacer algo?— sus dos manos tomaron las manos de ella y entonces las entrelazaron. —Y quiero que sepas que no vine hasta aquí solamente para eso, quiero que hablemos de nosotros y esas cosas cursis que no acostumbramos hacer.— contestó ahora con los brazos extendidos.

Varios minutos después partieron a casa de Hannia, donde hicieron lo que había pedido Finn anteriormente mientras alguna película se reproducía en la televisión de la sala y nada más.
Habían pedido permiso a Abbie para que el rizado pasara la noche ahí, ya que todo había sido de imprevisto y no había hecho reservación en ningún hotel de Atlanta, el permiso se concedió solamente con la condición de que ambos dormirian separados.
Al siguiente día; después del desayuno y una salida al centro comercial donde se habían conocido la primera vez, Finn tuvo que regresar nuevamente a Vancouver.

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antes de que se publicara esta historia
yo tenía a otra chica en mente (otra hannia)
pero al final la cambié por la que tenemos
ahorita y la semana pasada me salió una
foto de la otra chica en instagram y finn le
había dado like en una de sus fotos y la
comenzó a seguir, quedé como una idiota
al no usar la otra jajajajaja, pinche finn
es bien put0


➴❛❛𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐇𝐀𝐓𝐄❜❜; 𝐅.𝐖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora