⦏𝖈𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖘𝖊𝖘𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖉𝖔𝖘⦐

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Atlanta, Georgia
06:42PM

Estuvo pensando por al menos cinco minutos si llevar alguna chaqueta encima de la blusa rosa de tirantes, pues no sabía si iba a hacer calor el resto de la tarde o más noche podría llover o siquiera hacer frío.
Checar el clima podría ser buena fuente para la elección, tomó el celular y antes de hacer lo que verdaderamente iba a hacer; llegó un mensaje, sonrió al ver el usuario y se sentó sobre la cama.

"Cariño, llego en diez minutos o tal vez más o menos, está raro el tráfico"— leyó y sintió un ligero rubor al leer el sobrenombre, llevaban ya dos semanas de relación pero aún no se acostumbraba a ciertas muestras de cariño o algo tan simple como lo eran los sobrenombres.

"Está bien sweetie, ¿me podrías avisar cuando llegues?"— envió y escuchó pasos por afuera de la habitación, apagó el celular y se posicionó frente al espejo. Acomodó algunos de sus cabellos y por último se sonrió a sí misma, siempre se había sentido nerviosa estando con él.

—¿Vas a salir?— escuchó la voz de su hermano después de un golpe suave a la puerta informando que iba a entrar con o sin permiso. Lo miró a través del espejo y asintió, para luego continuar buscando el labial en varios cajones. —¿Con quién?— cuestionó y enseguida se tiró a la cama haciéndola crujir.

—¿Subiste de peso?— se mostró sorprendida y luego lo volteó a ver, él afirmó sin dejar de ver el techo. —No te haría mal de todos modos.— se encogió de hombros y ahora buscó algunos aretes pero le fue imposible encontrar algún par. —Hace un año te veías más delgado, esa escuela te hizo bien.— intentó mantener una conversación seria con él.

—Subí seis kilos, mi masa muscular crece día con día Hannia, pronto tendrás al hermano perfecto; porque guapo ya soy.— la chica soltó una carcajada y entonces el castaño se puso de pecho contra el colchón. —No le veo la gracia.— tomó el celular de su hermana.

—Es bueno tener autoestima pero tú sobrepasas los límites Ian.— soltó un suspiro para dejar de reír y abrió los ojos para que las lágrimas secaran. —¿Sabes a dónde fue mamá? Quería hablar con ella antes de irme, pero desperté y ya no estaba, ¿a ti te dijo algo?— siguió hablando pero aparentemente el chico estaba ocupado.

—¿Este de fondo es tu novio?— le preguntó sin quitar la vista de la pantalla de bloqueo, ella lo miró por unos segundos para saber a qué se refería. No le importaba que su hermano tomara su celular, después de todo tenía clave. Soltó un "ajá" acompañado de un leve movimiento de cabeza. —La pizza llegó.— se levantó de la cama rápidamente para luego dejar a la chica sola de nuevo.

Se miró al espejo una última vez; su ropa, su cabello y todo lo demás estaba bien o al menos a ella le gustaba, tomó sus cosas y luego abandonó la habitación después de dejarla en completa oscuridad. Puso su celular en el bolsillo derecho del pantalón.
Estando a sólo tres escalones abajo pudo escuchar la voz de su hermano; sólo estaban ellos dos en casa y había muy poca probabilidad de que mantuviera una conversación con el repartidor. Se apresuró a bajar cuando más opciones cruzaron por su mente.

—Finn.— soltó la chica y la preocupación en su rostro apareció, miró al pelirrojo; quien estaba afuera de la casa frente al castaño, se le dificultó pasar saliva y su mente se puso en blanco.

—Ian.— habló el rizado mientras comprendía quién era el chico frente a él, bajó la mirada sorprendido y luego volvió a mirar a los hermanos.

—Hannia.— dijo el mayor mientras tomaba la perilla de la puerta con fuerza, su rostro estaba rojo y la mirada que le brindaba a su hermana no era del todo tranquilizadora.

➴❛❛𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐇𝐀𝐓𝐄❜❜; 𝐅.𝐖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora