Capítulo 03

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[ Tú ]

Muerdo mi labio y juego con mis manos mientras espero a que Sandy diga algo.

—Sandy, ¿Qué sucede? —Pregunto.

—Tú, debes morir. —Dice con voz ronca.

Abro los ojos como platos e intento decir algo, pero las palabras se quedan atoradas en mi garganta cuando observo a Sandy transformarse en una cosa que no logro describir.

Mi corazón empieza a latir con rapidez por el miedo que siento en este momento. La cosa en la que Sandy se convirtió se acerca a mí con lentitud, muerdo mi labio mientras mis pies involuntariamente retroceden.

—He esperado tanto tiempo para este momento. —Su voz ronca y entrecortada provoca que tenga un escalofrío.

No sé de donde saco el impulso, pero empujo a la cosa a un lado y corro en dirección a la puerta. Cuando intento abrir y no lo logro, recuerdo que Sandy le había colocado seguro, se lo quito y abro la puerta con rapidez escuchando a la cosa estar cerca de mí.

Intento correr, pero soy detenida porque el monstruo toma mi mochila con sus garras y no me deja ir. Gruño con frustración y me quito la mochila para poder salir corriendo lo más rápido que mis piernas me permiten.

Mi corazón late con demasiada fuerza, la imagen de Sandy convirtiéndose en ese monstruo se repite en mi cabeza una y otra vez. Mi visión se vuelve borrosa al contener las lágrimas en mis ojos, duele, duele saber que Sandy no era lo que creía, realmente ella es un monstruo.

Creí que Sandy era mi amiga, alguien en quien podía confiar, pero las cosas no son así. Al parecer ella es una clase de monstruo que quiere matarme, o comerme o no lo sé, pero estoy segura que no es nada bueno para mí.

Los minutos pasan, el tiempo es lo que menos me importa ahora cuando mi mente solo piensa en que hay algo persiguiéndome para deshacerse de mí. Frunzo el ceño cuando caigo en cuenta que los pasillos están vacíos, no se encuentra nadie, no se escucha nada más que mis pasos y los constantes gruñidos de la cosa.

<< ¿Dónde está todo el mundo? Hay un bicho asqueroso persiguiéndome y no hay nadie que me pueda ayudar. Vaya suerte la mía. >>

Jadeo con fuerza sintiendo el ardor en mis piernas y como es que cada vez se debilitan más, siento que voy a caer.

<< Por favor piernas, no me fallen ahora. Tenemos que escapar de ese monstruo. >>

Pero mis piernas no me hicieron caso porque sin preverlo, caigo al piso de manera brusca. Escucho los pasos de la cosa acercarse mucho, así que con la poca fuerza que aun poseo, me arrastro con la mayor rapidez que puedo.

Mis esperanzas de huir se esfuman en el momento en el que siento como me toman del brazo y me voltean bruscamente, mis ojos se encuentran a tal monstruo. Sus uñas se encajan en mi brazo causándome un dolor agudo, gimo de dolor y observo cómo la sangre se empieza a escurrir.

—¿Estás asustada semidiosa? —Pregunta en susurro directamente en mi oído mientras me suelta.

Tiemblo levemente.

<< ¿Semidiosa? >>

Pasa su lengua por mi mejilla, llevándose con ella varias lágrimas caídas. Su lengua es rasposa y áspera, se siente verdaderamente asqueroso y a la vez repugnante.

Mi mano del brazo que no está dañado toca la herida y la sangre mancha mis dedos en seguida. Gimo nuevamente de dolor.

—Mmm, deliciosa. Hoy si comeré a gusto—Susurra en mi oído.

Y si te digo que te amo...   (Nico Di' Angelo) (Re- Subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora