Capítulo 23

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[ Tú ]

No sé cuánto tiempo pasa cuando ya dejo de llorar y solo me quedo mirando un punto fijo, creo que es una puerta. No lo sé. No me interesa.

Recargo mi cabeza en la puerta y cierro los ojos sintiendo el ardor en estos por haber llorado tanto.

<< Ya no quiero seguir, estoy cansada >>

Trago con dificultad y suspiro sabiendo que no puedo irme de aquí hasta encontrar el último recuerdo.

<< Vamos _________, tu puedes >>

Tomo una bocanada de aire intentando darme valor para levantarme y seguir, y con lentitud me levanto de mi lugar. Miro las puertas blancas que aún me faltan y les rezo a los dioses porque sean pocas las que tenga que abrir para encontrar el recuerdo faltante.

<< Un recuerdo más, y todo esto acaba >>

Camino escuchando el andar de mis pasos y no dudo en tocar con mi mano el picaporte de la puerta cuando me poso en frente de ella. Levanto la cabeza un poco y doy un respiro antes de abrir la puerta sin esperar más y cerrándola detrás de mí para ver el nuevo recuerdo que me espera.

Escucho quejidos provenientes de parte de una voz femenina y volteo encontrándome con la grata imagen de Nico y mi yo de este recuerdo sentados en la cama.

—Zeus, seiscientos puntos —dice Nico con una sonrisa burlona—. Y con eso, yo he vuelto a ganar.

La chica hace un puchero.

—Acaba de ser mi cumpleaños número catorce, ni si quiera por eso eres piadoso para jugar.

—No, jamás lo seré. Vive con eso —Nico se encoge de hombros y la chica refunfuña.

— ¡Esto es humillante! —Exclama la chica—. Cinco partidas, y en todas me has ganado.

—Ya nos dimos cuenta, __________. Que no eres buena en el juego de mitomagia.

La chica arruga la nariz con molestia.

—No sé por qué me va tan mal, tú mismo me enseñaste a jugar.

Nico sonríe ligeramente y niega con la cabeza

—Contigo no podemos aplicar la ley de "El alumno supera al maestro".

La chica toma la almohada más cercana y le da un golpe a Nico.

— ¡No fue nada lindo tu comentario!

—No planeaba que lo fuera —Nico ríe y eso solo provoca que la chica le vuelva a pegar con la almohada.

— ¡Ya no quiero jugar contigo! —la chica deja de pegarle con la almohada y se cruza de brazos.

— ¡Oh, vamos! No digas eso. Mio Angelo, eres mi compañera ¿recuerdas?

—Búscate a alguien más.

Nico suspira y mueve el juego que los divide a ambos. Se acerca con lentitud y la chica mira hacia otro lado tratando de ignorarlo.

—No quiero a alguien más, nunca lo haría —Le dice cuando está a su lado—. Siempre serás mi compañera —murmura Nico en su oído.

La chica baja sus brazos y lo voltea a ver, pero para ese punto Nico ya se había acercado mucho a la chica por lo que sus narices se rozan y si se acercan un poco más, lograrían besarse.

— ¿Lo prometes?

—Lo prometo.

La chica asiente y noto como sus ojos se desvían hacia los labios de Nico. Sonrío recordando la vez que besé a Nico en su cabaña y lo maravilloso que se sintió.

Y si te digo que te amo...   (Nico Di' Angelo) (Re- Subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora