Capítulo 25

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[ Tú ]

Esquivo el golpe que me intenta dar un chico de la cabaña de Ares, intento darle una patada pero el detiene mi pie y gruño, me tuerzo un poco para que afloje su agarre y en el proceso le doy un puñetazo en la nariz. Cuando libero mi pie doy una patada en su estómago, eso lo hace retroceder y mirarme con enojo. Cuando intenta acercarse para atacarme extiendo mi mano a la altura de mi pecho y él se detiene.

—Estoy cansada, así que hasta aquí el entrenamiento de hoy —Digo antes de girar sobre mis talones e irme, el chico murmura algo sobre que soy una bruja que pelea muy bien. Ruedo los ojos y lo ignoro.

Tomo una botella de agua y bebo hasta acabarla, de verdad que estaba sedienta. Cierro con su taba la botella y antes de tomar mi maleta siento una mirada sobre mí, por lo que levanto la cabeza y veo a Jason mirarme con ojos tristes.

Tres meses

Han pasado tres meses desde que Nico me dejó, desde que terminé con el corazón y desde que me alejé de todo y de todos.... Incluyendo a mis amigos.

No he hablado con Jason, ni con Leo y menos con los demás. El primer mes huía de ellos al verlos estar a unos pocos metros de mí, esquivaba cada pregunta que ellos me hacían y decía que tenía cosas que hacer.

Y por "cosas" me refiero a llorar en mi cabaña sola.

Llorar por los recuerdos.

Llorar porque me sentía abandonada.

Llorar porque extrañaba a Nico.

Y llorar porque me sentía estúpida.

Desvío la llamada y antes de darle la oportunidad de acercarse a mí, tomo mi maleta y la cuelgo en mi hombro para comenzar a caminar a mi cabaña.

Cuando paso por algunas de las cabañas escucho a unas hijas de Afrodita murmurar cosas que no logro entender, reduzco la velocidad de mi caminata para escuchar con más claridad y cuando entiendo lo que sus bocas transmiten siento mi corazón detenerse abruptamente y la falta de aire en mis pulmones.

—Llegó en la madrugada y se fue directamente a su cabaña, desde entonces no ha salido —dice una de cabello castaño.

— ¿Qué crees que haya hecho después de que se fue? —Pregunta una chica de ojos azules, bastante bonita por cierto.

—No lo sé, creo que huir de su novia loca —ríe.

—Cierto, ¿es la loca que incendió a la Dracaenae, verdad?

Miro de reojo como la castaña asiente y un nudo se forma en mi garganta. Retomo mi caminata con más rapidez que antes.

Mi pecho se oprime al recordar lo sucedido unos meses atrás.

<< — ¿Puedes decirlo de nuevo? —Susurra.

— ¿Qué cosa?

—Que me amas.

Lo miro sorprendida, pero eso no es impedimento para que mis labios se muevan y pronuncien las palabras que él quiere escuchar.

—Te amo, Nico. >>

Muerdo mi labio y abro la puerta de mi cabaña para poder entrar con rapidez y cerrarla detrás de mí. Doy un suspiro de cansancio antes de dejarme resbalar y caer al suelo. Aparto mi maleta un poco y cierro los ojos antes de recargar mi cabeza en la puerta.

— ¿Por qué volviste, Nico?

Mi respiración se vuelve errática cuando mi cabeza se llena de imágenes de él... conmigo. Y no solo de momentos que hemos tenido este año, sino también de recuerdos anteriores, de cuando nos conocimos, cuando éramos adolescentes, cuando jugábamos y reíamos, entre otros más que ya no quiero mencionar.

Y si te digo que te amo...   (Nico Di' Angelo) (Re- Subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora