Capítulo 29

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[ Tú ]

Mis manos sostienen el papel y mi mirada está fija en algún punto que no logro enfocar porque las palabras solo resuenan en mi cabeza. Parpadeo unas cuantas veces para enfocar mi vista y siento como mi mano se cierra en puño arrugando en el acto el papel con la profecía.

Me da un escalofrío cuando escucho un que las gotas de lluvia empiezan a sonar, tomo una bocanada de aire cuando una idea se cruza en mi cabeza, y antes de si quiera pensar en arrepentirme, me levanto; guardo el papel todo arrugado en el bolsillo de mi pantalón, arreglo mi cabello, me coloco unos zapatos y tomo una sudadera para cubrirme de la lluvia. Noto que aún tengo el collar así que, sin pensarlo más, salgo de mi cabaña colocándome la capucha de la sudadera y guardando mis manos en los bolsillos del mismo.

Acelero mi paso porque sé que por aquí podrían estar las arpías y no quiero que me encuentren, no tardo mucho para llegar a mi lugar destinado y sin rodeos, mis nudillos tocan la puerta haciendo ruido, le ruego a los dioses que ninguna arpía me escuche y la persona a la que espero que me abra, sí. Pasan unos minutos y nadie abre, frunzo los labios y vuelvo a tocar. Mi cuerpo empieza a temblar levemente por la lluvia y siento que mi sudadera ya está toda empapada.

Vuelven a pasar unos minutos y por fin dicha persona me abre, suspiro de alivio mirando a los lados para verificar que nadie nos esté espiando. El chico frente a mí me ve con sorpresa y antes de que pueda formular una sola palabra pregunto:

─ ¿Puedo pasar? ─Él responde asintiendo y se hace un lado para que pueda entrar, suspiro de alivio cuando siento el calor de la cabaña dado que siento mi cuerpo helado.

Hay silencio, mucho silencio. Sé que él no sabe que decir y siendo sincera yo tampoco sé cómo entablar una conversación teniendo en cuenta lo que ha pasado últimamente. Giro sobre mis talones para verlo, ha cerrado la puerta y no dice nada. Me balanceo sobre mis tobillos y frunzo los labios.

─Lo lamento, estoy mojando el piso ─Vaya, ¿eso es lo único que se me ha ocurrido decir?

─Está bien, no importa ─él contesta.

Miro su cabello rubio despeinado, Jason no dice nada más, supongo que espera que diga algo, lo cual es entendible teniendo en cuenta como le terminé hablando horas atrás.

─Tenemos que hablar ─por fin digo después de un largo silencio.

─Supongo que es urgente y de suma importancia para que vengas a altas horas de la noche... ─murmura. Hago una mueca.

Sé que no he hecho bien, he estado siendo mala con él y debo pedirle disculpas. Ha sido duro para mí todo lo que ha estado pasando, y él ha sido quién ha soportado mi carácter de estos últimos meses. No lo merece, debería tener una hermana menos.... Problemática, lastimosamente no es así, me tiene a mí, y lo menos que puedo hacer por él y por nuestra relación como hermanos, es aclarar todo, pedir perdón y contarlo lo que está por venir.

─Quisiera sentarme... ¿puedo?

Él asiente en respuesta e ignorando que estoy mojada por la lluvia tomo asiento en un sillón cercano, Jason desaparece de mi campo de visión y unos minutos después regresa con una toalla en mano junto con una manta que trae en su hombro, la cual me extiende.

─Gracias ─murmuro, él toma asiento en un sillón cercano y como puedo, empiezo a secarme el cabello el cual está empapado.

Jason espera con calma, no pregunta, solo me observa y espera a que termine. Secó mi cabello lo más que puedo, me quito mi chamarra y me envuelvo en la manta. Suspiro y miro a Jason en silencio, me repito a mí misma que debo hacer esto, que ya estoy aquí y no hay marcha atrás.

Y si te digo que te amo...   (Nico Di' Angelo) (Re- Subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora