Y si te digo que te amo... (Nico Di' Angelo) (Re- Subiendo)

Capítulo 27

[ Tú ]

Trago el nudo que se ha formado en mi garganta y me obligo a mí misma decir algo.

—Jason... —susurro— ¿Qué sucede?

<< Bravo _________, eres muy inteligente a la hora de hablar >>

— ¿Qué pasa? ¿En serio preguntas eso?

Abro la boca para decir algo, pero la cierro al instante al darme cuenta que n tengo argumentos para refutar eso.

—Podemos solo comer en silencio, por favor —pido en susurro, Jason me mira unos segundos y suspira antes de negar con la cabeza.

—No puedo... —murmura—. No puedo solo sentarme y comer, fingiendo que no ha pasado nada en estos últimos tres meses, que no me has ignorado, evadido y rechazado en múltiples ocasiones.

Muerdo mi labio y miro de reojo como es que varios campistas han dejado de comer para prestar atención en nuestra conversación. Esto es incómodo.

— ¿Podemos conversar después? —Pregunto porque de verdad deseo que no haga un drama y que todos los campistas estén escuchando lo que decimos. Prefiero hablar en un lugar más privado.

—Me has dicho eso tantas veces —frunce los labios—. Y esta vez no te dejaré ir, _________.

Me levanto de golpe y lo miro con enojo.

—Jason, no sé si te has dado cuenta, pero hay varios campistas que no nos dejan de ver y que están muy atento a nuestra conversación —Jason da una mirada, sin nada de discreción, a nuestro alrededor—Y lo siento, pero no planeo que todos sepan cosas de mi vida privada que quiero mantener en secreto —espeto con enojo.

Mi apetito se ha esfumado así que empiezo a caminar lejos del comedor sintiéndome abrumada, apresuro mis pasos cuando escucho a alguien caminar detrás de mí. Cuando siento que me toman de la muñeca—sin rudeza—me detengo abruptamente para ver quien me tiene agarrada.

Me giro y observo el rostro sonrojado de Jason, frunzo los labios y muevo un poco la muñeca para que afloje su agarre, cosa que hace por lo que me libero y acto siguiente, me cruzo de brazos.

—Lo siento —murmura mirándome apenado—. No quería armar un escándalo en el comedor, es solo que...—Se talla el cuello—. Te extraño, eres la familia que tengo aquí y me duele que te he estado perdiendo en los últimos meses. Eres mi hermana, y quiero que estés bien, cosa que no he visto últimamente, me preocupas.

—Estoy bien —susurro.

—No lo estás, lo he notado. Tus ojos ya no tienen brillo, casi no sonríes, siempre estás sola y te has alejado de todos.

— ¿Cómo te has dado cuenta de todo eso? ¿Acaso me has estado espiando?

Jason abre la boca, pero una voz masculina lo interrumpe.

—No queremos que vuelvas a recaer, ________ —la voz de Leo me hace tensarme, giro sobre mis talones y lo veo. Doy dos pasos hacia atrás sintiéndome un poco estresada.

— ¿Has estado escuchando la conversación?

Las mejillas de Leo se sonrojan y me responde con un encogimiento de hombros.

—Estoy preocupado por ti.

Ruedo los ojos al escuchar eso.

—Sí, ya me di cuenta que todos están preocupado por mí —digo con molestia—. Pero déjenme aclararles algo, estoy bien, estoy perfectamente bien ¿de acuerdo? No es necesario que se estén preocupando por mí.