Capítulo 6

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Hace cinco meses

Adams

Escuchaba el agua caer de la ducha, mientras observaba el fuego del salón arder con fuerza, haciéndole entrar en calor al instante. Acababa de salir del baño, con el pelo todavía mojado y la piel húmeda. Había pasado un día desde que huyeron del infectado, un día en el que los dos se habían estado preguntando por horas y horas si Jude enfermería o no. Los dos jóvenes estaban alerta, esperando que pasase en cualquier momento, pero parecía no llegar; no sabían si es era bueno o malo. Cabía la posibilidad de que no le pasase nada, que fuera de aquellas personas que adquirían habilidades mejoradas.

También se planteaba una cuestión que le surgió justo después de que volvieran a la cabaña el día anterior. El virus había comenzado hacía muchos años, por lo que el apocalipsis había empezado hacía mucho tiempo también. Y, por eso, normalmente era difícil encontrar comida, sin embargo, ellos habían encontrado un bar repleto de ella. Era casi como si hubiera estado ahí para ellos. No tenía sentido, no lo comprendía en absoluto.

Por un momento, el pensamiento fugaz de que a lo mejor alguien les había intentado tender una trampa o atraerlos hacia aquel lugar pasó por su mente, pero tampoco tendría sentido. ¿Quién querría algo de ellos?

Dirigió su mirada hacia la puerta del baño cuando sintió el agua parar. ¿Y si en realidad a quien seguían era a Jude? Él la había ayudado, pero ella decía no recordad nada, ¿y si habían sido ellos los responsables de que ella apareciera allí? Quizá ella no era quien decía ser y solo era él quien había caído en la trampa.

Sacudió levemente la cabeza, alejando aquellos pensamientos negativos de él. Necesitaba tomar aire, así que decidió salir al exterior —no sin antes comprobar que no había señales de peligro— y tranquilizarse.

Se sentó delante de la puerta, apoyando su espalda en ella. Admiró el paisaje, que se volvía más oscuro a medida que anochecía; estaba desierto, nadie solía caminar de noche por un lugar tan vacío como aquel.

Respiró profundamente, sintiendo el aire fresco entrar en sus fosas nasales; se estaba bien allí fuera, viendo la luna llena que comenzaba a sustituir al sol radiante de por la mañana. Era una pena que no siempre se pudiese disfrutar de aquello.

Su momento de paz y tranquilidad fue interrumpido cuando le escuchó unas risas suaves cerca de él. Al principio pensó que sería Jude, pero luego notó que estas parecían un poco más graves. Se levantó rápidamente, avanzando un poco hacia delante para poder visualizar algo en la oscuridad. No vio nada, y se dispuso a entrar en la cabaña en cuanto antes y cerrar todo para estar seguros en caso de que fuera algo grave. Sin embargo, en cuanto se giró sintió el filo de lo que parecía ser una navaja apretando lo suficiente sobre su garganta como para no matarle.

Adams notó como un escalofrío recorría toda su espina dorsal cuando el agresor sonrió de forma macabra, al mismo tiempo que dos figuras más se posicionaban detrás de él.

Jude

Se secó el pelo con la única toalla que tenían, que todavía estaba húmeda del secado de su compañero. Se vistió sin prisa, tarareando una melodía en voz baja. Hacía frío, estaba deseando meterse bajo la manta que tenían al lado del fuego, y que este le proporcionara todo el calor que ella quería. Le gustaba la sensación de quemazón sobre su piel, lo prefería a estar congelada al menos.

La noche anterior no había dormido muy bien, y dudaba que esa lo hiciera. Todavía pensaba en aquel arañado de su brazo, que ahora estaba descubierto al llevar una camiseta de manga corta; no había encontrado otra ropa limpia que ponerse.

Letales (#1) © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora