Presente
Jude
No estaba muy segura de cómo se encontraba en aquel momento, solo sentía el agua de la ducha caer sobre su cuerpo a un ritmo constante. Su cabeza no dejaba de dar vueltas, y es que desde que se había levantado ese mismo día no podía parar de repetir para sí misma una palabra. Todo había empezado cuando se despertó, tuvo la sensación de que había tenido un sueño que tenía que ver con el pasado que no conseguía recordar, pero es que tampoco sabía sobre qué trataba aquel recuerdo.
Se comió la cabeza durante toda la mañana, pensado de dónde venía aquella palabra. En el desayuno y en la comida estuvo ausente, y Finn y Dexter lo notaron enseguida, pero decidieron no decir nada. Al llegar a su habitación decidió darse una ducha para aclararse las ideas, sin embargo, parecía no dar resultado.
Al salir del baño ya con la ropa limpia puesta se tumbó en la cama, mirando el techo del cuarto, pensativa. No se movió en minutos, o puede que horas, pero hubo un momento en el que el cansancio pudo con ella y, sin darse cuenta, se quedó dormida.
Se encontraba en un lugar oscuro, no era capaz de ver mucho más allá de su posición. Observó el sitio atentamente, estaba dentro de lo que parecía ser un coche. Las ventanas estaban subidas y había una gran mancha oscura en la de su lado que le daba escalofríos cada vez que la miraba. Podía imaginarse lo que era, pero prefería no hacerlo.
No entendía qué hacía allí, lo último que recordaba fue tumbarse en la cama de su habitación y después... todo estaba negro.
Dirigió su cabeza hacia la izquierda, sin embargo, sintió que no era ella la responsable del control de su cuerpo. Luego de aquel movimiento, giró también levemente su cuerpo, dejando la cabeza apoyada sobre el asiento del coche. Delante de ella, una figura masculina se encontraba sentada en el otro asiento. No le veía bien, debido a la poca luz que había en el lugar.
—¿Jude? —habló aquel muchacho al que no conseguía identificar—. ¿Estás despierta?
Notó como asentía, pero ella no ordenó aquel movimiento.
—Sí —susurró—. ¿Qué pasa?
—Es que no puedo dormirme.
—Yo tampoco.
Los dos se miraron fijamente. Unos segundos más tarde, el muchacho comenzó a acercarse lentamente, hasta que por fin Jude pudo verle la cara. Aquel rostro tan conocido, que la había ayudado tanto, estaba delante de ella. Era la primera vez que conseguía recordar algo, porque estaba segura de que aquello se trataba de un recuerdo.
Sintió como ella también comenzaba a acercarse. Por segunda vez no comprendía lo que pasaba.
—Pensé que te había pasado algo ahí fuera —pronunció la muchacha en voz baja—. Estaba asustada.
El joven sonrió levemente.
—Cualquiera lo estaría en tu lugar, es más, yo estaría aterrado.
Se quedaron en silencio unos segundos, tan solo se escuchaba el sonido de sus respiraciones. Ninguno dijo nada, en una situación así sentían que no hacían falta las palabras.
Jude se frotó los brazos, la noche era muy fría, y dentro del coche la temperatura no variaba mucho. Después de tantos años era obvio que la calefacción del vehículo ya no funcionaría.
El muchacho se asomó entre el espacio de ambos asientos, mirando hacia la parte de atrás. Pareció agarrar algo, que la muchacha no consiguió distinguir hasta que se la puso encima; una manta. No era muy grande, pero se conformaba. Consiguió que la temperatura de fuera se volviera un poco más soportable.
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Letales (#1) © ✔
Science FictionJude estaba sola, no recordaba nada ni tenía a nadie. Él la encontró, y desde entonces todo comenzó a cambiar. Todo él era misterioso, nunca le dijo su nombre. Y aún así, confiaba en él. Pero había cosas que le ocultaba. Y después de todo, quizás n...