Presente
Jude
Se despertó muy temprano aquella mañana, pues así había quedado con Finn. Cada dos o tres días iría a ver como se encontraba su nuevo amigo, Grizz; el albino lo visitaría todos los días. Debían ir con cuidado para que Dexter no les descubriera, más tenía que tenerlo la joven, ya que vivían prácticamente al lado. Era complicado salir antes que él, porque siempre se levantaba de madrugada. Sin embargo, ese día habían tenido suerte.
Se vistió deprisa, sin importarle mucho lo que se ponía, aunque tampoco había mucha diferencia dado que solo poseía dos conjuntos de ropa. Cogió el reloj digital que Finn le había dado el día anterior, era importante que estuvieran al tanto de la hora que era para que Dexter no sospechase nada. Ambos debían llegar un poco antes o al mismo tiempo que él al desayuno.
Cuando estuvo preparada salió de su habitación y se dirigió al edificio Cartem, donde se encontraría con el muchacho. En la entrada de la estructura había dos guardias de seguridad, que pronto se retiraron para que otros les relevaran. Finn y Jude lo planearon así, solo tenía menos de un minuto para entrar sin que nadie la viera.
Corrió hacia la entrada y, ya dentro, buscó aquel pasillo que el albino le había dicho que daba a las escaleras. No tenía muchas opciones, era izquierda o derecha; ambos lados estaban rodeados de presos detrás de sus rejas. También le había advertido sobre ello, le dijo que dijesen lo que le dijesen no les hiciera ningún caso. Muchos habían perdido el juicio hacía años.
Tan solo hizo falta que diera un par de pasos hacia su izquierda para que los susurros y súplicas comenzaran a sonar en su cabeza.
—Por favor, niña —murmuraban algunos—. Sácanos de aquí.
Jude avanzaba sin mirar a nadie, siguiendo al pie de la letra las instrucciones que Finn le había dado. No debía detenerse, porque si lo hacía podría ceder a las súplicas de alguno de los presos. Así se lo había contado su amigo, y aunque ella no había terminado de comprenderlo decidió no preguntar y hacerle caso.
Cuando llegó al final del pasillo, vio como este giraba hacia la derecha, donde desde su posición podía ver el principio de las escaleras. Se apresuró para llegar hasta ellas, se le acababa el tiempo. Ya arriba no supo dónde ir, su amigo no le había dicho nada más, se suponía que él la recogería una vez hubiera subido las escaleras.
—Finn —susurró la muchacha, tampoco quería llamar la atención del personal, a pesar de que esa zona no solía estar vigilada por nadie—. Finn, ¿dónde estás?
Se empezó a poner nerviosa al no obtener ninguna respuesta. Miró a su alrededor con la esperanza de ver al muchacho por alguna parte, pero nada, tan solo veía sábanas blancas colgando por toda la estancia. Avanzó pausadamente, adentrándose al laberinto de mantas; veía sombras detrás de ellas, no se atrevía a acercarse a ninguna de ellas.
«¿Dónde se habrá metido?»—se preguntó a sí misma, estaba un poco preocupada. ¿Y si le había pasado algo? Aunque si lo pensaba más detenidamente eso era un poco difícil. Allí Finn era bastante conocido, lo más probable es que se extrañaran un poco en verle por aquella zona pero nada más.
Paró en seco cuando escuchó unos pasos provenientes de detrás de una de las sábanas. Veía como una sombra iba acercándose hacia ella a través de esta. Dio breves pasos hacia atrás, como si eso fuera a evitar que la pillaran, y cuando pensó que ya estaba perdida una mano la agarró bruscamente del brazo y le tapó la boca, tirándola hacia un lado. No la soltó hasta que traspasaron una sábana y entraron en otra habitación, no sin antes cerrar la puerta con cuidado.
Se tranquilizó al sentirse libre de las manos del muchacho que le había dado un susto de muerte. Por su culpa ahora el corazón le latía muy deprisa; suspiró aliviada tocándose el pecho y miró un poco molesta al albino.
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Letales (#1) © ✔
Ciencia FicciónJude estaba sola, no recordaba nada ni tenía a nadie. Él la encontró, y desde entonces todo comenzó a cambiar. Todo él era misterioso, nunca le dijo su nombre. Y aún así, confiaba en él. Pero había cosas que le ocultaba. Y después de todo, quizás n...