Capítulo 23

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Presente

Jude

—¿De q-qué quieres hablar conmigo, Dexter? —preguntó la muchacha. No había podido evitar el nerviosismo en su voz.

El muchacho alzó las cejas, casi sorprendido por su pregunta. Suspiró pesadamente y se acercó para sentarse al borde de la cama. Ante su proximidad, la chica se tensó ligeramente, pero se dijo así misma que se tranquilizase, todavía no tenía nada claro. ¿Por qué debía creer antes a un preso que a la persona que le había ayudado durante todo ese tiempo?

—No sé —dijo Dexter después de unos segundos en silencio. Había apoyado los codos sobre sus muslos durante un momento y ahora se había vuelto a incorporar para hablar—. Dímelo tú, Jude. ¿Qué te pasa conmigo? ¿He hecho algo que no debiera? ¿No estás cómoda aquí, en el campamento? Porque me parece que he sido bastante bueno contigo, teniendo en cuenta que hiciste algo ilegal para la comunidad y os lo perdoné a Finheas y a ti. Y luego te digo que no te acerques al Cartem porque es peligroso y eso es lo primero que haces. Así que —suspiró pesadamente, casi no había hecho ninguna pausa al hablar—, ¿hay algo que quieras decirme tú, Jude?

Parecía desesperado, estaba claro que lo que pasaba le afectaba más de lo que le había parecido.

«¿Cómo va a ser él todo lo que Dariush estaba insinuando?»—pensó la muchacha. «No tiene ningún sentido».

Había creído a su hermano, ¿a santo de qué? ¿Por qué Dexter nunca le había mencionado nada de él? Tendría que tener sus propias razones para haberlo hecho, ¿no? Si ella estuviera en su lugar no le gustaría contarle que tiene una hermana gemela encerrada en la prisión por ella misma. ¿Qué tan grave habría hecho Dariush para acabar allí?

Jude cerró los ojos un instante para pensar lo que decirle, y cuando se aclaró los volvió a abrir y centró toda su atención en el chico que había sido bueno con ella durante meses y ella había menospreciado.

—Lo siento —fue lo primero que salió de su boca—. Lo siento mucho, Dexter. Es solo que todo esto es muy raro para mí. He tenido algún sueño extraño que no sé bien si era un recuerdo o simplemente un sueño sin más. Y el otro día, cuando... nos besamos... yo... —se interrumpió ella misma, no sabía cómo seguir la frase para que se la entendiera y al mismo tiempo no dañara a Dexter con sus palabras.

—¿Tú qué? —insistió Dexter—. Puedes contármelo, Jude. No pasa nada que lo que vayas a decir no me guste, solo quiero que seas sincera conmigo.

—Es que... no lo sentí correcto —dijo finalmente; vio la decepción surcar los ojos del muchacho durante unos segundos, pero desapareció tan rápido como había aparecido—. Lo siento, creo que no fue una buena idea que hiciéramos eso. Yo te aprecio mucho, pero no de esa manera.

El muchacho asintió, comprendiendo lo que le decía. Bajó un poco la cabeza, no podía negar que aquello le había dolido un poco; se le notaba en la expresión, aunque intentara que no lo pareciera.

—Entiendo —murmuró más para sí mismo, Jude apenas lo escuchó—. ¿Y por qué has ido a ver a Dariush?

—Porque me chocó mucho ver a una persona igual que tú allí dentro, que encima decía que me conocía —respondió la muchacha, esta vez con un deje de rabia en la voz, pero casi imperceptible—. ¿Por qué no me habías contado nada? Nos habríamos ahorrado todo este lío.

—Porque es un tema delicado y no es algo que me guste contar.

—Vale, pero me podrías decir por lo menos de qué me conoce, ¿no?

Letales (#1) © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora