Letales (#1) © ✔

Capítulo 19

Presente

Jude

Estaba tensa, no podía evitarlo. Quería parecer normal, actuar como si nada hubiera pasado y como si no supiera cosas que no debería saber.

«No»—se dijo a sí misma—. «No sé si lo que me ha dicho es cierto».

Y es que era verdad, no podía estar segura, por lo menos, no al cien por cien. Había pasado un día desde que fue a hablar con aquel preso que resultó tener el mismo apellido que Dexter, y que casualmente era casi idéntico a él. Dariush tenía el pelo más largo y estaba bastante descuidado, pero suponía que lo normal al estar encerrado en una celda. ¿Por qué Dexter nunca le había mencionado que tenía un hermano? ¿O a lo mejor ella ya lo sabía pero no lo recordaba? Pero ni siquiera Finn se lo había dicho, y la última vez la alejó de su celda de inmediato.

El sonido del cubierto cayendo al suelo la sobresaltó ligeramente. Se agachó para cogerlo bajo la atenta mirada de Dexter y lo volvió a dejar en la mesa. Se le había quitado el hambre, sin darse cuenta se había pasado más de cinco minutos con el tenedor en la mano sin comer nada.

—¿Te encuentras bien, Jude? —le preguntó el muchacho con un claro deje de preocupación grabado en el rostro; desvió la mirada al plato de la chica—. No has comido casi nada.

—Es que no tengo mucha hambre —respondió la joven asiática, no queriendo darle más explicaciones; seguido de ello se levantó de la mesa y cogió su plato y su vaso—. Creo que me voy a ir a mi habitación a descansar, me duele un poco la cabeza.

Jude tiró los restos de comida a la basura, dejó los cubiertos en un cubo lleno de agua y el plato y el vaso en una enorme pila donde luego los encargados se encargarían de fregarlos todos. Sin dirigirle una última mirada a su amigo se marchó. Paseó tranquilamente hasta el edificio donde residía y cuando llegó se tumbó en la cama soltando un suspiro de cansancio. Últimamente le daba la sensación de que dormía demasiado, aunque eso no era ningún impedimento para no hacerlo. Si por lo menos tuviera algo para entretenerse sería un poco más sencillo.

Una vez más pensó en las palabras de Dariush, tenía miedo de su posible significado. Una parte de ella decía que todo lo que el chico le había contado era mentira, era un preso al fin y al cabo. Si estaba allí era por algo que había hecho, y probablemente haría lo que fuera por salir.

La muchacha bufó exasperada y cambió de posición en la cama. Se quedó boca abajo, con la mirada fija en la puerta de entrada, preguntándose si Dexter aparecería allí y le preguntaría qué le pasaba. No se veía capaz de tener que mentirle u ocultarle información de nuevo; le resultaba rastrero y agotador.

Si iba otra vez al Cartem tendría que visitar después a Finn, y siempre podría decir que se distrajo en el camino, aunque no por eso no recibiría una regañina del albino en caso de que la pillara hablando con un preso, solo esperaba que al menos no se lo dijera a Dexter.

Cerró los ojos momentáneamente, pero cuando se dispuso a abrirlos los sintió demasiado cansados. Siempre estaba agotada, y no era de extrañar después de todo lo que pasaba. No se molestó en cambiarse de ropa y se acomodó tal y como estaba, no importaba mucho de todas formas, tampoco era que tuviera muchos cambios de ropa.

No se durmió al instante, su mente estuvo recordándole la charla que había tenido con Dariush Adams, el supuesto (y seguramente verdadero) hermano mellizo de Dexter. Todavía seguía sin creerse que le hubiera ocultado algo así, ¿acaso sería peligroso y no quería que se acercara a él? Pero de todas formas, le habría gustado saberlo.

—Un placer volver a hablar contigo, Jude —dijo el muchacho después de haberse presentado y estar unos segundos en completo silencio. De vez en cuando era interrumpido por otros presos que suplicaban que les sacaran de sus celdas. De cierta manera a la joven asiática le daban pena, pero ella no podía ni debía hacer nada, más teniendo en cuenta de que estaban encerrados porque habían hecho algo malo; no quería tentar a la suerte.