Presente
Dexter
Llevaba una semana igual y ya no era capaz de soportarlo, aquella vez no lo dejaría pasar; necesitaba saber qué le estaban ocultando. Ya no podía dejarlo estar, si alguien estaba haciendo algo a sus espaldas debía ser porque era una cosa que él no debía saber. Dexter Adams era el jefe, y si alguien le desobedecía o rompía las normas era su deber castigarles. Sin embargo, se trataba de Finn y Jude, su mejor amigo y la chica que había buscado durante tanto tiempo. Le dolía que ellos dos pudieran estar haciendo algo en su contra, aunque no debía hacer suposiciones antes de saber nada. ¿Y si no era algo malo? Eso esperaba porque no sabría qué hacer en otra situación.
Esa mañana se levantó más temprano incluso que de normal, sabía que Jude había estado haciendo aquello para evitar que él se la encontrara saliendo de la habitación, pero ese día no sería así. Esperó delante de la puerta de la muchacha, dejando apoyar su peso en el marco de esta. Cuando la chica salió no se dio cuenta de la presencia del muchacho en un primer momento. Sin embargo, al hacerlo se llevó un buen susto.
—¡Dexter! —exclamó girándose hacia él, de pronto parecía nerviosa—. ¿Qué haces aquí tan temprano?
El recién mencionado la observó bien, dándose cuenta de que llevaba una pequeña mochila colgada a la espalda; también tenía un reloj en la muñeca izquierda, recordaba perfectamente que cuando ella había llegado los había rechazado por completo.
Alzó una ceja ante su pregunta.
—Eso mismo podría decirte yo —respondió con curiosidad—, ¿adónde vas tan por la mañana? El desayuno es dentro de más de dos horas.
La joven asiática abrió la boca y la volvió a cerrar, sin ser capaz de elaborar una respuesta coherente. El chico esperó pacientemente a que lo hiciera, pero Jude no fue capaz de dársela.
—¿Y bien? —Comenzó a impacientarse un poco; vio que la chica miraba con nerviosismo la hora en el reloj, haciéndole sospechar más todavía—. ¿Para qué es la mochila?
—Yo... —dijo agachando la cabeza un poco, avergonzada— solo quería ayudar.
Dexter asintió pausadamente, prestándole atención a cualquier movimiento de su parte. Se había quedado quieta en su sitio, mirándole con ojos de cordero, como si le dijera que no había hecho nada malo. Pero si lo único que quería hacer era ayudar... no veía el problema con contarle lo que pasaba.
—¿Y Finn también quería ayudar? —preguntó esta vez con más recelo. Le molestaba mucho que ella se juntara más con su mejor amigo que con ella, sin embargo, no creía que estuvieran teniendo algo juntos ni nada por el estilo. Él sabía perfectamente que su compañero tenía otros gustos.
No hizo falta que la joven respondiera para saber la respuesta.
—Ocultarle cosas a tu superior es delito en este campamento y en cualquiera al que entres, ¿lo sabes, Jude? —volvió a hablar, no deseaba ser cruel ni duro con la muchacha pero no vio otra opción para que entendiera lo que le estaba diciendo—. Haré una excepción porque veo que tus intenciones son buenas a pesar de que todavía no me has dicho de qué se trata. —Hizo una pausa breve para coger aire—. Y ahora, llévame a ese sitio secreto al cual te diriges.
Jude
No tuvo otro remedio, tampoco le había gustado tener que estar ocultándole la información. Finn le dijo que él no se tomaría bien lo que hacían y por eso era mejor no decirle nada, pero ahora no estaba segura de ello. Traicionar la confianza de alguien era mucho peor, y ella lo sentía en el alma.
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Letales (#1) © ✔
Science FictionJude estaba sola, no recordaba nada ni tenía a nadie. Él la encontró, y desde entonces todo comenzó a cambiar. Todo él era misterioso, nunca le dijo su nombre. Y aún así, confiaba en él. Pero había cosas que le ocultaba. Y después de todo, quizás n...