XI

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El entrenamiento había acabado hace horas, y Kaida volvía de una tarde con las chicas en Hogsmade, de la cual se había escapado más temprano bajo la excusa de querer terminar unos deberes de herbología antes de que comenzara la fiesta de Halloween.

- Estuve hablando con Angelina - La voz de Oliver tras ella no la sorprendió mucho, lo había visto sentado bajo un árbol junto a sus amigos cuando paso por los jardines del castillo, y luego de ver como le sonreía, la chica supuso que se acercaría a ella.

- Ah sí, ¿Sobre algo importante? - Ambos siguieron caminando en dirección a la sala común.

- Muy importante, al menos para mí - Kaida lo observó dudosa - Dice que tu no crees que lo de esta noche se pueda considerar una cita.

- Traidora - Susurro la castaña mientras Oliver reía.

- No se si no lo exprese bien antes, pero por las dudas volveré a preguntártelo - Oliver se detuvo junto al cuadro de la Dama Gorda - ¿Quieres ir a una cita conmigo esta noche? - Kaida rio y asintió con la cabeza, incapaz de hablar a causa de los nervios - No puede ser - La castaña notó que Oliver miraba sorprendido el cuadro, y siguió su mirada.

- ¿Dónde está la Dama Gorda?

(...)

- Escuche por ahí que los maestros creen que fue Sirius Black - Dijo Angelina mientras ordenaba su saco de dormir como el resto de estudiantes en el gran comedor.

- Kaida... ¿Crees que...?

- No quiero hablar sobre eso, Alicia, honestamente no sé qué creer - Los pensamientos en la cabeza de la castaña estaban tan desordenados como el gran comedor en esos momentos, no quería aceptar que Sirius Black podría ir tras ella.

- Una pena que cancelaran el baile - Dijo Taylor a la vez que todas se acostaban en los sacos.

- Si, puedo sentir la depresión de Oliver hasta aquí - Angelina hizo reír a las demás con aquel comentario, pero Kaida se sonrojo enormemente y decidido que ya era tiempo de dormir justo cuando McGonnagall entraba para indicarlo.

La muchacha pasó horas en silencio tratando de conciliar sueño, pero con todas las cosas que podrían estar sucediendo paralelamente en ese momento, no podía quedarse tranquila. Si Sirius Black había logrado entrar al castillo, podría seguir ahí, lo suficientemente cerca de ella como para lastimarla, y si los maestros no habían podido detectar su entrada antes, ¿Quién decía que podrían hacerlo ahora?

Sirius Black estaba en el castillo, y lo sabía, por lo que escuchar unos pasos aproximarse detrás de ella provocó que su espalda se estremeciera al sentir el miedo en forma de frío recorriendo toda su columna. Cerró los ojos fuertemente y apretó una de sus mantas con la mano pidiéndole a Merlín que estuviera tan oscuro como para que él no la reconociera entre tantos rostros extraños. El frío llegó hasta sus pies cuando sintió que la persona se detenía frente a ella y comenzaba a caminar para arrodillarse frente a su rostro, sintió una mano en su hombro y comenzó a temer por su vida.

- Kaida - Una voz repitió su nombre varias veces mientras sacudía su hombro. Esa voz definitivamente no era Sirius Black, así que abrió los ojos aliviada y susurro en respuesta.

- Oliver, ¿Qué haces? Es muy tarde.

- Acompáñame - El muchacho tomó su mano y comenzó a caminar hacia la mesa donde usualmente los profesores comían - Guarda silencio.

- ¿A dónde vamos? - Pregunto Kaida.

- Ya lo veras - Oliver los llevó hacia la silla del director y presionó fuertemente uno de los apoyabrazos. Ante los ojos de Kaida, el asiento se movió dejando ver unas escaleras por las que Oliver los hizo bajar. 

Gracias al Quidditch ~ Fred Weasley [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora