Mirenme nada mas, publicando a las 4 de la tarde y no a las 4 de la mañana.
Luego de que Ron preguntara por aquella mujer, todos voltearon a ver en su dirección. Su ropa estaba casi tan sucia como la de Black, y su cabello mucho más indomable de lo normal, pero la sonrisa no abandonaba su rostro mientras miraba a Remus, y a ningún otro presente en la habitación. Nadie podía decir una palabra, y Sirius sintió como ahora Kaida se aferraba a él para no caer al suelo, el pelinegro la sostuvo con fuerza, admitiendo que al final, si uno se soltaba, dejaría caer al otro, porque él mismo se encontraba tan inestable de ver a su prima de nuevo, como Kaida por ver a su madre.
- ¿¡Miztli!? - Todos se sorprendieron al escuchar una voz varonil desde el piso de abajo, y la pelirroja por fin pudo abrir la boca, y confirmarles a todos que, de hecho, si estaba ahí.
- ¡Acá arriba, Daven! - En silencio, todos escucharon unos pasos subir las escaleras y luego de unos segundos vieron un hombre altísimo entrar. Llevaba unas botas estilo militar y una chaqueta de cuero bastante sucia y chamuscada, que usualmente intimidaría un poco a la gente, pero su rostro transmitía otro tipo sentimiento de sentimiento... Algo así como esperanza y victoria. El hombre entró a la habitación mirando sus manos, en las que traía unos guantes que aparentaban ser de cuero igualmente, los cuales estaban totalmente chamuscados.
- Lars es tu dragón, tú respondes por él, así tendrás que comprarme un par nuevo de guantes - Dijo el hombre empujando el hombro de la pelirroja juguetonamente. Una vez que estuvo a su lado, levanto la mirada y se sorprendió al encontrar mas personas en la habitacion. Los analizó uno por uno y solo logró reconocer un rostro.
- No puede ser... - La voz del hombre se quebró a mitad de la frase. Miraba en dirección a Kaida, quien con lágrimas en los ojos, aún se aferraba a los brazos de Sirius tratando de no caer al suelo. Daven, sin dejar de mirar a los ojos de Kaida, sacudió el hombro de Miztli, quien aún estaba absorta en su reencuentro con Remus - M-Mizt... Voltea - La pelirroja apartó la mano de Daven de su hombro por la molestia que le causaban los frenéticos golpecitos que este le daba, y miró en la dirección en la que el rubio lo hacía.
Miztli sintió que todo su mundo daba vueltas en cuanto vio ese rostro, esa pequeña niña con ojos empapados de aflicción y de lágrimas mirándola con tanto miedo, miedo por no saber si lo que estaba viendo era real, miedo por ver desvanecerse en cualquier momento aquello que había soñado por años volver a ver. Sintió el aire abandonar su cuerpo y tuvo que sostenerse del brazo de Daven, aferrándose a la certidumbre de que no estaba imaginando cosas, porque sentía como él también temblaba por la emoción teñida de tristeza al reencontrarse con esos ojitos por los que daría su propia vida una y mil veces.
Daven parpadeo unas cuantas veces para apartar las lágrimas, conteniendo el aliento y el impulso de soltarse a llorar, sentía que si apartaba su mirada, por solo un segundo, su razón de seguir vivo desaparecería como si nunca hubiese estado ahí, de pie, con su naricita roja y sus labios entreabiertos respirando entrecortadamente, se veía tan pequeña, tan indefensa y vulnerable.
- ¿Hija?... - Miztli se llevó las manos a la boca soltando un suspiro desgarrador luego de escuchar el susurro del hombre. Cayo de rodillas en el suelo al igual que las lágrimas caían por sus mejillas, abrazo su estómago mientras sollozos despedazadores se abrían paso por su garganta deshaciéndose en lágrimas. Daven avanzó unos pasos torpemente hacia Kaida, y la chica corrio en direccion al hombre, dejando que Sirius se derrumbara, teniendo que apoyar sus manos en el piano para no terminar de rodillas sobre el suelo, al igual que Mizt.
Kaida se arrojó a los brazos de Daven jadeando sin poder respirar bien a causa del shock. El hombre la abrazó tan fuerte que la levantó unos centímetros del suelo, él podía sentir el sabor amargo de sus lágrimas haciendo su recorrido sobre sus labios, y no fue capaz de formar frases coherentes con su rostro enterrado en el alborotado cabello de la chica.
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Gracias al Quidditch ~ Fred Weasley [2]
FanficSegunda parte de "Cazado por una pantera" Una de las grandes pasiones de Kaida Moody es el quidditch, y este año por fin comenzara a jugar por equipo de Gryffindor, cumpliendo uno de sus mayores sueños y logrando despertar distintos sentimientos al...