XVI

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El entrenamiento con Weasley el día anterior había sido todo un fiasco según Kaida. El pelirrojo se había pasado toda la noche bromeando respecto a que Kaida no podía concentrarse teniéndolo cerca, lo cual no resultaba estar tan lejos de la realidad.

Muchas veces le extraño sorprenderse a sí misma sin poder despegar los ojos del cuerpo del pelirrojo mientras este hacia los ejercicios que ella misma le había ordenado hacer, y más tarde descubrió que no estaba tan a disgusto con los chistes bobos, las bromas y los coqueteos indiscretos que el chico protagonizaba.

Volvió a su habitación a eso de las 4 de la mañana, y llego a la conclusión de que, por más que Weasley no se acercara ni un poco a lograr el Bludger Backbeat, no fue del todo una noche perdida.

Al día siguiente por la mañana Kaida debía lograr no quedarse dormida en clases, por lo que lleno una botella con varias tazas de café que había en la mesa de gryffindor durante el desayuno, y la cargo consigo toda la jornada, bebiendo uno que otro sorbo cuando los maestros no la observaban de modo que en el momento en que estaba por terminar la última clase del día, Kaida podía asegurar que el 70 por ciento de su cuerpo ya no era agua, sino más bien café.

Esto finalmente le jugo en contra, ya que ese miércoles por la noche no pudo pegar un ojo hasta las 5 de la mañana. Por más que intento quedarse dormida, su cuerpo necesitaba moverse gracias al café. Lo único bueno de la situación es que había adelantado dos semanas de deberes.

El miércoles dio paso al jueves, día en el que tenía clases antidementores con Harry, las cuales no iban tan bien como el chico esperaba. Kaida creía que azabache estaba exagerando, poder conjurar un patronus incorpóreo en su primera clase había sido suficiente progreso como para no pedir más en un mes, sin importar la intensidad de este, pero Harry Potter no opinaba igual, el necesitaba más.

- Te estas exigiendo más de lo que deberías, Harry - Había dicho Lupin esa noche - Para un mago de trece años, esta es una hazaña inalcanzable.

- Así es, además, ya no te desmayas - Aporto Kaida.

Ese día llego muy tarde a su dormitorio, como era de esperarse, ya que después de la lección, se quedó hablando con Harry unas horas en la sala común, más que nada sobre la frustración que tenía este al no poder lograr un patronus, lo estresado que estaba por el partido contra Ravenclaw en tres semanas, y lo asustado que se sentía por que McGonnagall aun no le devolvía la Saeta de fuego. En esos momentos, el chico creía que su vida era un fiasco.

Si supiera lo peor que se vuelve con los años, pensó Kaida.

Viernes 14 de enero, 1994.

- Tienes que tomar más impulso con los brazos - Dijo Kaida acercándose a donde estaba Weasley.

- Esta bien, pero ¿cuándo vamos a hacerlo en una escoba? - Preguntó el chico ansioso.

- No puedes hacer un bludger backbeat sobre la escoba si no puedes hacerlo quieto con los pies en el suelo, pelirrojo - Kaida se agacho a recoger la quaffle mientras bostezaba - Intentémoslo otra vez ¿sí?

- Como ordenes - Fred estiro sus brazos y preparo el bate mientras Kaida se alejaba unos metros. La jugada consistía básicamente en golpear la bludger con un revés y enviarla hacia atrás, en lugar de adelante, confundiendo al oponente y derribando a un desprevenido, era difícil de ejecutar con precisión, pero ayuda bastante para debilitar el número del equipo adversario. *

*Fuente: Quidditch a través de los tiempos; Kennilworthy Whisp, por J.K. Rowling (Nomas pa' que vean que si me esfuerzo en el trabajo de investigación <3)

Kaida se preparó para lanzar el balón hacia Weasley, claramente esto se hacía con bludgers, pero la chica supuso que usar una quaffle serviría para practicar. Una vez que estuvo lista, le hizo un gesto a Weasley con la cabeza para que se prepara, y la lanzo.

Gracias al Quidditch ~ Fred Weasley [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora