XVII

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- ¿¡En qué estabas pensando!? - Grito Oliver con tal molestia que estaba a punto de arrancarse el cabello - ¡Faltar al último entrenamiento antes de un partido como este! ¿¡Solo por qué estabas cansada!? - La castaña abrió los ojos sorprendida por su reacción. Claro que esperaba molestia de su parte, pero no a este nivel.

- ¡Tranquilízate, colega! Yo tomé la decisión, fue mi culpa, si vas a gritarle a alguien que sea a mi, no a tu novia - Fred empujó suavemente a Kaida para que retrocediera unos pasos - A quien, a propósito, no deberías ni pensar en alzarle la voz.

- No vengas a decirme qué es correcto o no, Weasley, primero mírate en un espejo.

- ¿Disculpa? - Fred alzó una ceja incrédulo. La situación empezaba a molestarlo bastante.

- Te la pasas haciéndole bromas molestas y diciéndole comentarios desagradables, háblame de la vida cuando la tuya sea un ejemplo a seguir.

- ¡Todo eso es un juego entre amigos! Y ella está consciente de eso, y si no, me aseguro de que lo sepa cada vez que creo que me he pasado - Dijo el pelirrojo ya perdiendo los estribos - Tu estás haciendo un escándalo por algo que ella necesitaba hacer... No faltó al entrenamiento por gusto o por pereza, lo hizo por qué su salud estaba en riesgo.

- ¡Incluso si lo estaba, no eres tú el que tenía el derecho de tomar la decisión! Mi novia no es tu causa de caridad.

- ¡Bueno, tú no estaba haciendo nada al respecto!

- ¡Ya basta! - Kaida se interpuso entre ambos cuando sintió que la situación se estaba saliendo de control, apoyó una mano en el pecho de Fred cuando notó que este estaba por acercarse a Oliver, impidiéndoselo - No tienes porque atacar a Weasley por esto, Oliver. Lo solucionaremos entre los dos, pero después del partido ¿Si? - Un silencio incómodo los rodeó, Wood solo observaba la mano extendida de Kaida sobre el pecho del pelirrojo.

Antes de que la chica pudiera decir algo más, el capitán salió de la habitación en la que hablaban. Regreso a la sala principal de los camerinos, donde el resto del equipo esperaba en silencio habiendo escuchado, por supuesto, toda la conversación.

Kaida y Fred se quedaron un rato más en silencio, la mano de la chica seguía en el pecho de él, esperando a que su respiración se calmara. Fred aprovechó esto para tomarla entre sus propias manos, logrando que ella volteara a verlo.

- Él no es bueno para ti - Dijo el chico soltando por fin las palabras que había atorado en su garganta hace mucho tiempo - Para nadie, en realidad. Si reacciono así por esto, imagina cuando llegues tarde a casa porque estabas trabajando, o cuando faltes a una cita con el porque te quedaste dormida, o algo por el estilo.

- Estás exagerando, Weasley - La castaña le resto importancia apartando su mano.

- ¿¡Qué!? ¿Acaso no acabas de escuchar como te grito? - Fred en serio estaba confundido con la respuesta de la muchacha, no podía creer que él era el único que le tomaba el peso a la situación.

- Mira, se que no lo entenderás, y que creerás que no es justificación, pero el Quidditch es la vida para Oliver - Kaida se alejó de Fred, y dejó descansar su mano sobre el pomo de la puerta durante unos segundos - Su sueño es unirse a Puddlemere United, pero sus padres no son de lo más comprensivos, lo están presionando demasiado para que sea medimago, así que hizo un trato con ellos, si logra llevar a Gryffindor a la victoria este año, ellos lo apoyarán, de lo contrario tendrá que entrar a la escuela de medimagos.

- Para mi sigue sin ser una excusa para tratarte así - El pelirrojo salió de la habitación antes que ella pudiera hacerlo. Unos segundos más tarde, la chica lo siguió, uniéndose al resto del equipo, quienes preparaban los últimos detalles cuando quedaban pocos minutos para que comenzara el partido.

Gracias al Quidditch ~ Fred Weasley [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora