XIII

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Sábado 18 de diciembre, 1993.

Las semanas habían pasado volando, el segundo partido de la temporada ya se había disputado, y Ravenclaw le había dado una fuerte paliza a Hufflepuff, lo que tenía contentos a los leones, sus probabilidades de ganar el torneo volvían.

- Reconozco que lo veía lejano, pero al parecer la suerte está de nuestro lado - Dijo Oliver mientras caminaba por el castillo camino a la puerta principal para la segunda salida a Hogsmeade del año. Se acercó más a Kaida y tomó una de sus manos - Tienes las manos heladísimas - El chico beso su dorso y luego, dejo descansar las manos de ambos juntas en el bolsillo de su abrigo.

- Siempre es así, soy de sangre fría... Pero no me importa mucho, la verdad es que adoro el frio, soy la fan número uno del invierno - Oliver sonrió al descubrir aquello, amaba conocer ese tipo de pequeñeces, se daba cuenta que aún quedaba mucho de Kaida por conocer - Oliver, tengo que pasar a buscar algo antes de salir, porque no te adelantas y nos vemos en la entrada.

- Pero no quiero ir solo - Dijo el chico haciendo un puchero que enterneció a Kaida a más no poder - ¿Puedo ir contigo?

- Por mi perfecto, pero no sé si quieras ir - Wood la observó dudoso esperando a que le contara a donde iban - Tengo que hablar con el profesor Snape antes de salir del castillo.

- ¿Con Snape? ¿Por qué tendrías que hablar con él? - Preguntó el muchacho.

- Porque es mi padrino.

(...)

Oliver se encontraba frente a la puerta del despacho del profesor Snape, jugaba nervioso con sus dedos y, por más que hubiera cinco grados, él podía sentir el sudor apareciendo en su frente.

- Sabes, mejor te espero aquí afuera, supongo que querrán privacidad - Kaida soltó una carcajada al ver el terror rondando por el rostro de su novio.

- Por supuesto, no te voy a obligar - La chica besó la mejilla de Wood y entró al despacho.

- ¡Pesadilla! Hasta que te dignas a venir a ver a tu padrino, ven acá, dame un abrazo.

- Hola, Sev - Dijo la chica abrazando al hombre - ¿Cómo has estado?

- Bastante solo, que quieres que te diga.

- ¡Oh! Deja de victimizarte, vine a verte hace dos semanas.

- Y eso es mucho tiempo - Dijo Severus riendo - ¿Qué te trae por aquí?

- Se me acabaron los pases que me diste - La muchacha había llegado a un acuerdo con Snape luego de la noticia de que necesitaría autorizaciones para salir a los jardines y todas esas medidas de seguridad por Sirius Black, el pelinegro le daba cierta cantidad de pergaminos solo con su firma, y Kaida los rellenaba cada vez que lo necesitaba.

- Mira que interesada eres, ¿Solo viniste a verme por eso?

- Bueno, necesito salir a Hogsmeade para hacer las compras navideñas, así que, si quieres tu regalo este año, deberías dármelos - Severus soltó una carcajada que de seguro sorprendió a Oliver afuera de la habitación, puesto que esta se convertiría en la primera vez que escuchaba al temido profesor de pociones reír.

- Muy bien, te los daré solo porque deteste la túnica del año pasado y tengo la esperanza de que este año mejores - El hombre comenzó a buscar unos pergaminos vacíos y tomó su pluma firmarlos.

- ¡Oye! Eso es cruel, era la túnica más bonita de la tienda.

- A tus ojos, pero yo no pienso usar una túnica naranja - El profesor Snape terminó de firmar varios pergaminos y se los extendió a Kaida - Son menos que la vez pasada, para ver si vienes a verme más seguido.

Gracias al Quidditch ~ Fred Weasley [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora