¿No quieres volver?

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Chicos, creo que ya tomamos la decisión ¿no? -corroboró Jane 

Sí, mañana mismo salimos a secuestrarla -confirmo Jeff

¡No! ¿estas loco? -preguntó Andrés 

Eh, sí. ¿por qué? -respondió Jeff 

Obvio que no podemos ir mañana, semejante imbécil. 

¿Qué? ¿por qué? -preguntaron Jane y Jeff a unísono. 

Por que principalmente necesitamos los materiales, secundariamente nos tienen vigilados, todos nos mantienen en sus ojos retorcidos, observando y actuando silenciosamente -Explicó Andrés. 

¿Qué putas? claro que no, yo no creo eso, no tienen ni idea de donde estamos ¿no? -comentó Jeff.

Eh, yo creo Jeff... que Andrés tiene razón, ayer salí a las 4:00 AM y escuchaba arbustos moverse y cosas así. -respondió Jane. 

Yo propongo que salgamos la otra semana a por ella -finalizó Andrés. 

Me opongo rotundamente. -Gritó Jeff. 

¿Te quieres arriesgar a que encuentren ellos a Valentina mientras nos dirigimos hacia ella? -interrogó Jane a lo que Jeff no respondió. 

Eso creí -finalizó Jane 

La otra semana secuestramos a Valentina -dijo Jeff sin ánimos. 


(...)


Vanessa te lo prometo, esto me está matando, sé que eso sí pasó.

Vale, yo te creo, después de todo lo que me contaste y las marcas en tu cuerpo, te creo. 

Sí, Vale, yo también lo creo, ¿cómo hacemos para llevarte a otro psiquiatra? -preguntó Alejandro 

Mi madre no deja que salga tan siquiera al jardín, me vuelvo loca en las noches, tengo insomnio, miedo y no sé... si sigo así, de verdad me tendrán que internar y no quiero eso -respondió Valentina. 

No quieres eso por que... -comentó Vanessa 

Por que sabe que ellos la vendrán a buscar... -finalizó Alejandro. 

¿Quieres volver? -preguntó Vanessa 

No... no sé, no quiero volver a pasar lo mismo -respondió Valentina. 

Quédate aquí, con nosotros, ¿te recuerdas hace un tiempo? no querías irte, y ahora que ellos te dejaron libre ¿no quieres quedarte? -preguntó Alejandro. 

Yo sé, lo tengo bien presente, pero... con ellos me encontré a mí misma, encontré cosas que aquí no lo hubiese encontrado nunca -respondió ella. 

¿Qué? ¿me estás jodiendo? ¿encontrarte a ti misma? ¿matar gente es la verdadera Valentina? -preguntó Vanessa. 

Me vuelvo loca todas las noches, me entra ansiedad por no tener a alguien enfrente rogando por su vida, empiezo a sudar helado y a temblar, necesito por lo menos matar a una persona. 

Estás loca, esa no eres tú. -respondió Alejandro. 

Créanme chicos, intenté evitarlo, ignorarlo, sobrellevarlo, pero necesito matar personas, necesito estar allá. -respondió. 

Valentina estas loca... -expresó Vanessa.

Tengo un plan, mañana vendremos en la noche; 12:00 AM. Te ayudaremos a salir, y haces.. eso. Veremos cómo te comportas después, si es mejor un psiquiatra o irte con ellos. -Comentó Alejandro. 

Nosotros te apoyamos -reforzó Vanessa. 

Me parece un excelente plan -dijo Valentina con una sonrisa en su rostro. 

(...) 

3:00 AM

Sé que puedo hacerlo, mamá no se dará cuenta, sólo son 10 mts de altura, no me puede pasar nada, sobreviví a un accidente automovilístico y sobreviví a creepypastas. ¿que de malo puede pasar? 

Valentina tomó el cuchillo que tenía escondido debajo de la cama, se lleno de valor, de euforia, de motivación y saltó desde su ventana, al caer se torció el tobillo, pero hasta este punto, un tobillo torcido no era nada comparado a todo lo que le había pasado. Corrió, corrió con todas sus fuerzas, cogió su celular y buscó el bosque más lejano y oscuro, pero al ir corriendo con su celular en las manos; se tropezó con un chico, tal vez unos 20 años de edad, al parecer estaba haciendo ejercicio o algo parecido. 

Narra Valentina

Al ir corriendo con todas mis fuerzas fuera de mi casa, sentí una energía, una fuerza tan grande, que invadía mi cuerpo completamente, tomo mi celular para buscar un bosque lejano, matar gente en plena ciudad no es muy inteligente que se diga, pero un chico castaño, ojos cafés claros me hace tropezar, tirando mi celular quién sabe dónde. 

¡Perdóname de verdad! lo siento, no me fijé. -dijo el castaño preocupado. 

Eh, claro no te preocupes -respondí un poco atontada. 

¿Que haces corriendo a esta hora? -pregunto dándome la mano para levantarme. 

Eh, lo mismo que tú... correr para estar enérgica todo el día -respondí al instante, se me da bien mentir en situaciones críticas. 

Que bien, ¿corremos juntos? -me preguntó dulcemente. 

Lo puedo llevar al bosque y matarlo allá ¿no? 

Claro, corramos juntos, un gusto -extendí mi mano. Valentina, Valentina Coleman. 

El gusto es mío -tomó mi mano. George, George Miller. 



¿Por qué a mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora