Capítulo 22

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—Venga, venga

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—Venga, venga. Sentaros también. Lo que hace esta niña es genial —insistió Luffy, mientras los dos se acercaban y se unían al círculo.

—No soy una niña. ¿Cómo tengo que explicártelo? Tengo veintiún años —se quejó Sugar—. Pero debo tener algún tipo de enfermedad porque no he crecido...

—Da igual cómo se lo expliques. O no lo entiende o le da igual —comentó Nami, haciendo un gesto con la mano e intentando restar importancia al asunto.

—Venga, Hazlo, hazlo, hazlo... —pidió Luffy. La pequeña suspiró y se acercó al pelinegro. Estiró uno de sus brazos y, cuando tocó la mano del chico, este se convirtió en un muñeco de juguete. Era un Luffy en miniatura. ¡Y hablaba y se movía!

—¡Hala! —exclamó (TN), sorprendida.

—Y eso no es todo —comentó Sugar, orgullosa—. Si quisiera podría hacer que os olvidarais de él, esconderlo y que nunca más viera la luz del sol.

—Eso ya no me gusta tanto... —murmuraron Chopper y Ussop, mientras se escondían detrás de Zoro, que había estado sentado entre ellos.

—No lo haré. No sería divertido —dijo ella, intentando tranquilizar el ambiente. Tocó de nuevo a Luffy y se volvió a convertir en persona—. Solo lo estaba explicando. ¿Alguien quiere ser un muñeco?

Prácticamente todos empezaron a gritar y moverse, indicando que querían probar que se sentía. Una vez se hubo calmado el ambiente, empezaron a salir por turnos al centro. Era muy gracioso observar la <<versión muñeco>> de cada uno. Además, les salían uniformes diferentes. De príncipe, de princesa, de soldadito de plomo, uniforme de colegio antiguo, etc. Sugar podría hacerse una increíble colección de muñecos con todos ellos, quitando el hecho de que podían hablar y moverse. Era realmente gracioso observarlo. Incluso Law salió voluntario, justo después de (TN). Bueno, voluntario no era la palabra adecuada, pero ella se lo había pedido poniendo esa cara a la que costaba decir que no.

—La verdad es que como muñeco eres muy feo —comentó la chica entre risas, cuando el pelinegro volvió a sentarse a su lado.

—Tú en cambio eres igual de preciosa que en persona —dijo él, mientras le apretaba los mofletes. (TN) dejó de reírse y sus mejillas empezaron a teñirse de rojo.

—¡No digas esas cosas como si nada! —exclamó, nerviosa.

—¡Law se está volviendo todo un romántico! —se burló Nami, colocándose entre los dos y rodeando a cada uno con un brazo.

[•••]

Cuatro días después, el sábado por la noche, tuvo lugar la segunda actuación en las afueras de Atlanta. Repitió gente de la actuación anterior, ya que ese día la nueva integrante iba a participar en el espectáculo. Su número fue el último. Una vez hubieron actuado los diferentes miembros del circo, aparecieron todos en la pista y Sugar los fue tocando, convirtiéndolos a todos en muñecos.

Donquixote Circus «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora