Capítulo 27

877 154 63
                                    

—Debe ser una jodida broma —gruñó Doflamingo, mientras apretaba el teléfono con rabia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Debe ser una jodida broma —gruñó Doflamingo, mientras apretaba el teléfono con rabia. El resto de sus compañeros tan solo observaban a su jefe, sentados dentro de una de las caravanas—. Más os vale encontrar a esos dos. Yo me encargaré de todo por aquí.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntaron prácticamente todos a la vez.

—Corazón ha escapado con ayuda de Smoker, uno de los oficiales de policía más famosos de nuestro país —explicó el rubio. Dio un golpe contra la pared, produciendo un estridente ruido dentro de la estancia—. Estuvo aquí. Ese maldito oficial y una de sus ayudantes. ¿Cómo no pudimos darnos cuenta?

—¿Estuvieron aquí? —preguntó Trébol. Ninguno quiso responder a esa pregunta retórica que su jefe había lanzado al aire. Era obvio que estaban tan cegados por conseguir dinero que a veces se les escapaban pequeños detalles. Aunque ese no había sido para nada pequeño.

—No solo estuvieron, sino que le contaron a ciertas personas que yo había encerrado a mi hermano y... En fin, toda la verdad sobre esta farsa del circo —soltó.

—¿Qué? ¿Entonces todos lo saben? —preguntó Diamante, anonadado—. Es raro que no se hayan revolucionado...

—No. No todos lo saben. Supuestamente solo son dos de nuestros trabajadores —aclaró Doffy.

—¿Cómo sabes todo esto? —intervino Vergo.

—Han capturado a uno de los policías que están al servicio de Smoker y... Han sabido hacerle hablar —contestó, mientras una sonrisa malévola se iba dibujando en su rostro—. Esperaremos a que pase la actuación de mañana para intervenir.

[•••]

Como siempre, la actuación había sido todo un éxito. El público siempre quedaba maravillado con aquellas habilidades especiales que tenían los jóvenes. Algo asombroso, fuera de lo habitual. Aquella noche, casi todos tuvieron clientes con los que tomar algo. Por suerte, no hubo ningún altercado y todo transcurrió con normalidad.

Durante las horas que estuvieron disfrutando de la pequeña feria, Law no pudo parar de observar disimuladamente a (TN). Mientras jugaban  a los juegos, mientras se comía el algodón de azúcar... Estaba preciosa con ese conjunto de falda y top, de color verde oscuro y brillante. Ya no es que tuviera ganas de besarle y abrazarle. Se conformaría simplemente estando cerca de ella. Caminar a su lado o estar en su equipo mientras jugaban a los dardos. Estaban tan cerca y  a la vez tan lejos...

A la mañana siguiente, el pelinegro se quedó el último en la carpa. No le apetecía hacer el camino hacia la carpa principal con sus compañeros, prefería quedarse atrás. Tan solo le faltaba ponerse el suéter, cuando escuchó que alguien entraba en la habitación.

—(TN)-ya... —murmuró, mientras miraba hacia la puerta.

—Llevo un calcetín de cada. Me he equivocado —explicó, mientras se acercaba a su baúl.

Donquixote Circus «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora