KIRISHIMA Y KIEV III

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(Día 2: mañana)

Nuevo día en el ya no tan nuevo encierro, el sol brilla fuera, los pájaros cantan, y nosotros...nosotros estamos aquí metidos, sin ser capaces de disfrutar de todo aquello.

Comenzamos el día como siempre, trabajando. Estuvimos hasta las 15:00h de la tarde haciendo dinero, montones de fajos de billetes que más tarde serían envasados en kilos de plástico enrollado para irse bien lejos de aquí, junto con los secuestradores; espero que eso sea pronto, no aguantaba tanto estrés, se podía sentir mi migraña por todas las partes de aquel enorme edificio.

Kirishima, ¿estás bien?

¿Eh? Sí, perfectamente. ¿Y tú? no parece que hayas dormido muy a gusto, Kaminari.

Pues... la verdad es que no...

En ese instante, le vi girar la vista hasta donde se encontraban los secuestradores, para más tarde, no aportar nada más.

No... es nada, no te preocupes.

Lo que tu digas... seguido de un perezoso bostezo. Estoy molido.

Es normal, llevamos dos días aquí metidos, lo extraño es que aún no hayamos perdido la cabeza.

Sí...

Kiev estaba ahí, parado, junto con el resto de su banda, se le notaba incómodo, con pocas ganas de socializar con aquellos que debía llamar "de los suyos"; su expresión no tenía nada que ver con la que me mostró aquel día, esa mirada carmesí clavada en la mía... cómo sus perfilados labios se alzaban sutil pero disimulada mente; hasta que por alguna razón cambió de estado y decidió echarme de allí... Desde entonces no he vuelto a la segunda planta, excepto para ir al servicio.

¡Hey chicos! Nos han dado 20 minutos libres, ¡podemos hacer lo que queramos! exclamó Sero emocionado.

¿En serio?

¡Y tan en serio!

En ese entonces, lo primero que me vino a la mente fue volver a intentarlo, intentar acercarme a él... necesitaba saber de Kiev: pero es una idea estúpida, le odio, y él me odia a mí, ¿por qué debería intentar arreglarlo?

Pero sin darme cuenta, ya había subido el último escalón que daba hacia la segunda planta, ya que la banda se había disuadido al expandir lo del tiempo libre, y vi a Kiev meterse en su oficina, como siempre. Volví a pensar en lo que estaba a punto de hacer, y decidí retirarme y volver junto a Kaminari y Sero, pero justo cuando iba a descender...

Hey.

Viré, y vi a Kiev con su peto rojo y su rubio cabello, tan despeinado como el mío, dejé de peinarlo como de costumbre ya que no traje la gomina para la supuesta "corta" excursión.

¿Qué ocurre? Ya me iba...

No te vayas.

¿Tú qué? Me pides que vaya y que me vaya, ahora que me quede, ¿qué quieres de mí?

Todo.

¿Q-Qué? dije con rostro extrañado.

Tú tienes algo que los demás no, eres especial.

No conoces ni mi nombre

Kirishima.

¿Cómo lo has...?

紙の家 // kami no ie // - BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora