CONSEJOS DE INVIERNO

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 04:00 a.m, no podía dormir, me despertaba cada media hora, hasta el punto en el que comenzaba a dolerme la cabeza, giré a mi derecha para ver a Dublín, su expresión despreocupada y sin protección me demostraba que a mi lado bajaba la guardia, y eso me hacía sentir bien. Le toqué el brazo, estaba frío, por lo que hice fricción con mi mano para que entrara en calor de manera suave para que no despertara. Me levanté de la cama y salí de la habitación, sin rumbo ya que no poseía mucho campo de visión, encontré las escaleras que bajaban al primer piso y me senté en uno de los sofás, era viejo, sucio, y aún tenía la típica funda blanca que se pone a los muebles cuando alguien se va a mudar. Estuve en silencio varios minutos pensando en soledad, hasta que oí una voz.

¿Hay alguien ahí?

Depende, ¿quién habla? pregunté en voz baja.

Roma.

Ah, pues sí lo hay, soy Kaminari.

Te había reconocido desde el primer "de" de "depende". ¿Qué haces ahí sentado?

Nada en especial, es sólo que no puedo dormir.

¿A qué se debe?

¿Eh? Pues... no lo sé.

¿Puedo sentarme junto a ti?

Claro.

Tienes miedo, ¿verdad?

¿Cómo?

Estás asustado de que esto salga mal y que nos pillen, no quieres estar entre rejas.

No, de verdad que no es es...

No hace falta que lo ocultes interrumpió Roma─, quieres irte de aquí lejos con Dublín, no saber nada más nunca ni de dinero, ni policía, ni nada, quieres volver a ver a tu familia. Lo sé, porque tienes la misma expresión que yo, o eso percibo a través de lo poco que te veo.

Supongo que sí... ¿tú también anhelas eso?

Bueno, he arriesgado la vida para disfrutar de la recompensa, no para hacer como si fuera la patata caliente. Aguanta un poco más, mañana tenemos una reunión con Kiev para saber el punto final, dentro de poco podrás respirar; confía en mí, no nos van a pillar.

Supongo que tienes razón... Oye, pensaba que eras más borde, pero me estás dando consejos, eres buena persona en el fondo.

¿Qué quieres decir con "en el fondo"? dijo algo molesta.

Bueno, te cuesta abrirte, pero cuando lo haces eres genial.

Roma chasqueó la lengua.

Tengo sueño, me voy a la cama.

Se levantó e hizo el gesto de subir las escaleras cuando la detuvo mi voz.

¿A qué habías venido?

Eh... cierra el pico.

Sonrojada, volvió hacia mi dirección y fue hacia la cocina, estaba seca y quería algo de agua. Reí para mis adentros.

Volví a mi dormitorio y me metí entre las sábanas abrazando fuerte a Dublín, quién seguía algo frío, no es una persona que pueda lidiar bien con el invierno.

Te quiero. susurré junto a su oído, con nulas esperanzas de que me hubiese escuchado.

紙の家 // kami no ie // - BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora