A SOLAS, TÚ Y YO

137 19 0
                                    

Tan sólo nos faltaban minutos para llegar a una isla totalmente desierta, donde nadie nos encontraría, todos seríamos felices... Aunque nadie se creería eso.

—¿Todo listo?

—Sí —asintieron mis compañeros.

El plan era bastante sencillo, pero a la vez demasiado complicado emocionalmente. Llegábamos a una isla remotamente aislada del resto de los humanos, pero ¿y si nos descubrían?, siempre cabía esa posibilidad, al fin y al cabo éramos bastantes. Nuestra única opción era bastante culminante:

—Kirishima. —dijo con la mirada caída Kaminari— ¿Estás seguro de que estarás bien?

El pelirrojo asintió.

—Eso creo... Mientras esté con Kiev no tengo miedo de nada.

Kirishima me miró confiado, con ojos esperanzadores, le veía seguro de tomar este camino, pero sabía que en el fondo tenía miedo, miedo de no volver a ver a su mejor amigo jamás, a sus padres... de no poder ni llamarlos por teléfono... Estaba aterrorizado, y puede que yo también.

No nos quedó otra que saludar con la mano al resto del grupo que ya se encontraba en la lejanía, o al menos eso hizo Kirishima. El barco había zarpado y veía que no quería mostrarlo delante de ellos, pero tenía los ojos brillantes, a punto de comenzar a llorar, su mejor amigo estaba subido a ese barco, y puede que esa fuera la última vez que se fuesen a ver. Por mi parte, tan sólo me quedé observando el panorama, no me afectó de la misma manera a la del pelirrojo, pero sentía algo en el pecho, ¿tristeza?, ¿compasión?, jamás lo supe.

Una vez desaparecieron de lo que nuestras vistas alcanzaban a ver, rodeé a Kirishima por el hombro y lo llevé hacia una cabaña con el techo de paja típico de aquellas islas. Le senté en una de las camas (también de paja) para tratar de tranquilizarle.

—No te preocupes, Kirishima.

—No lo estoy. —dijo con un notorio temblor en la voz.

Sonreí cálidamente.

—Nadie te cree, "pelopincho".

—¡Ey! ¿¡Por qué me llamas así!?

Esta vez, reí discretamente debido a su expresión en el rostro.

—¿No te gusta mi pelo?

Esperé unos segundos antes de responder:

—Me encanta tu pelo.

Posé una mano sobre su cabellera, casi en su posición natural debido al largo viaje que cometimos; estaba suave, hecho especialmente para ser tocado por mis manos.

Kirishima no tardó en ruborizarse, ni tampoco trató de esconderlo.

—Tu tacto es muy cálido...

—¿En serio?

Asintió.

—Te he visto muy frío allá fuera, ya sabes... al despedirte del resto...

—No merecía la pena alargar más ese momento, tenía que pasar de todas formas.

Se giró para mirarme a la cara.

—¿Sabes? Nunca te he visto tan cariñoso con alguno de tus miembros, ¿no les quieres?

—¿A qué te refieres con querer?

—¿Que a qué...? Pues... Como personas... Como compañeros, aliados... Como amigos.

—Sinceramente, nunca he sentido nada parecido al querer hasta que te conocí a ti.

Kirishima se sorprendió ante estas palabras, incorporándolo más a la situación.

—Pero sin embargo, sí que podríamos decir que a pesar de todo —antes de decir aquellas palabras lo único en lo que pensaba era en que no se lo fuera a contar a nadie, pero confiaba en él—, sí que podríamos decir que me... a-a-agra-agrada-ban. —Tardé en confesar.

—¿Puedes repetir eso otra vez?

—No

—Vengaaa.

—Ya lo has oído antes perfectamente.

—¡Para nada! Ni siquiera me acuerdo de lo que estábamos hablando!

—Eres muy mal mentiroso, Ei.

—Cállate... Espera, ¿cómo me has llamado?

—No empieces otra vez, ya lo has escuchado.

—N-no, a-ahora va en serio...

Esta vez el que se sonrojó fui yo, causando que girara levemente mi cabeza.

—¡Katsuki!

Kirishima se abalanzó sobre mí, juguetón, abrazándome firmemente y causando que ambos nos acostáramos sobre lo que llamaban cama hasta que decidí buscar sus labios para besarle, saqué mis brazos de su encierro como pude y los coloqué sobre detrás de sus orejas, con los pulgares hacia fuera, en la parte de la cara, acariciándole suavemente la sien, mientras él colocaba sus manos sobre mi estrecha figura. Tan sólo esa cabaña y nosotros fuimos testigos de lo que ocurrió esa noche.

紙の家 // kami no ie // - BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora