紙の家 // kami no ie // - Bakushima

KAMINARI Y DUBLÍN V

(Día 15: mañana)

─Denki.

─¿Sí? ─pregunté girándome para ver quién era la persona que me estaba llamando.

─Ponte esto, te vas a resfriar. Cada vez hace más frío aquí. ─me dijo Dublín prestándome un abrigo azul y relleno.

─¿Esto es tuyo?

─Sí...

─¡Gracias! ─agradecí cerrando los ojos inconscientemente y agarrando la prenda que me tendía con una mano─. Pero... ¿no crees que el mono ya da el suficiente calor?

─Da calor, pero no lo necesario. No pienso cuidar de ti si te resfrías.

─Pues... ─solté molesto─, que sepas que no eres el único al que tengo, Kirishima cuidará de mí, no necesito tu chaqueta.

─Está bien... sabes que haría todo lo posible por atenderte, pero por favor, abrígate.

─Gracias... ─me aseguré de que nadie miraba y le di un rápido beso.

─Idiota, aquí dentro no.

─No te preocupes, nadie nos ha visto, ¿ves?

Le ofrecí una vista en la que todo el mundo estaba metido en sus cosas.

─No lo vuelvas a repetir... con tanta gente.

─De acuerdo...

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Denki se fue con su grupo de amigos y yo me fui para dentro; pero antes de subir las escaleras, Lisboa y Ámsterdam me detuvieron.

─¿Ya estáis juntos otra vez? Me alegro por vosotros ─claro tono irónico incluido─, ¿me dejáis pasar?

─Queremos preguntarte algo, Dublín.

Mierda, ¿nos han visto?

─Últimamente eres de las personas con las que más tiempo pasa Kiev, ¿sabrías de alguien más cercano que tú?

Uff, no se trata de eso...

─¿Perdona? ─no me había enterado bien de la pregunta, solo estaba centrado en que no se tratara de Denki.

─Si conoces a algún rehén cercano a Kiev ─dijo esta vez Ámsterdam.

─¿Por qué lo queréis saber?

No sabía si debía contarles lo del pelirrojo, si yo contaba lo suyo él no tardaría en contar lo mío...

─Estamos intentando ayudarle a conseguir pareja.

─¿Cómo?

─Creo que se ha interesado en alguien, así que queremos conseguir que ese alguien también se interese por él.

─Chicos... estamos aquí para conseguir la pasta y pirarnos, no para jugar a la familia feliz.

─Cierto, pero si conseguimos que Kiev sea feliz y consiga a alguien que le cuide y le quiera, todo cambiará para bien. O eso creo.

─Pues... la verdad es que no tengo ni idea de quién pueda ser... ─mentí, tuve que hacerlo.

─Oh, ya le hemos preguntado al resto y tampoco sabe nada... Bueno, gracias por tu tiempo, Dublín.

─De nada... supongo. ─dije comenzando a subir las escaleras.