紙の家 // kami no ie // - Bakushima

KAMINARI Y DUBLÍN IV

(Día 13: mediodía / tarde)

─¿Qué hiciste anoche, Kaminari? ─preguntó Kirishima en un tono algo morboso.

─¿A qué te refieres?

─Venga, ¡anoche! todos estaban durmiendo menos tú.

─¿Estaban? ¿Eso es que tú tampoco?

─¡Ajá! Te pillé.

─¡¿Qué?!

─Acabas de admitir que estabas haciendo algo.

─Yo... Aish, ¿por qué siempre caigo en tus trampas? ─cuanto maldigo ser el menos avispado del grupo en estos momentos.

─Porque sabes que no puedes mentirme. ─me respondió risueño.

─Bien... me has pillado, estaba con... con Kiev ─inventé mientras en mi rostro se esbozaba un ligero sonrojo.

─¿Qué? Venga ya, eso es imposible.

─¿Qué te pasa? ¿No eres capaz de creer que pueda estar con el jefe de una banda de ladrones?

─Sí... y a parte de eso, eso es imposible porque yo estaba con él.

─¡Ajá! Yo también te he pillado.

─¡Uh.....!

Las manos de mi mejor amigo comenzaron a temblar, y sin segundos de diferencia, todo él se tornó de color rojo, no sólo era su pelo esta vez.

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Estaba con Kiev, mientras el resto se encontraba reunido preparando lo que iban decir en el siguiente anuncio, él y yo estábamos escuchando una conversación entre Kaminari y Kirishima desde la distancia, a Kiev se le notaba interesado en lo que estaban diciendo, su cara de embobado mientras oía hablar al pelirrojo dejaba mucho que pensar, estaba claro que estaba avergonzado, puso todo su empeño en evitar darle ese color rojizo a sus mejillas, dando un nulo resultado. No era tan exagerado como el del chico al que no dejaba de mirar, pero sí bastante notorio, su expresión de "este chico es demasiado adorable" le delataba; mientras que yo, sólo pensaba en lo idiota que había salido Kaminari, dejarse engañar por esa pregunta tan estúpidamente obvia... Sólo despertaba mis ganas de proteger a ese chico a todo coste. Él es mío.

─¿Por qué estás escuchando esa idiota conversación?

─Relájate vaquero, no lo hago por la misma persona que tú.

─¿Qué coño acabas de decir?

─No me mires de esa forma Kiev, empecé a sospechar desde que me dijiste aquello.

『

─Kiev ─dije firme.

─¿QUÉ?

─¿Por qué no estás diciendo ni una palabra?

─¿¡A ti que cojones te importa lo que yo piense!?

─POR QUE ERES EL PUTO JEFE AQUÍ

─Tsch, pesados... porque... ─miró hacia el suelo, ¿Por qué todos están tan raros?─. Porque te puto entiendo, ¿vale? Ahí tienes tu mierda de respuesta.