Repartiendo habitaciones

142 27 0
                                    

Este es un capítulo bastante relleno, lo siento, aún así, disfrutad de la lectura :)

 Llegamos a una antigua casa rural alejada de la civilización, me dijeron que era el mismo lugar donde se quedaron para aprenderse el plan.

Nos reunimos todos en una mesa en la sala principal de la estancia.

Me esperaba de todo por parte de Kiev, menos el hecho de ser gay dijo Roma.

Tsch. replicó. Acababa de ponerle un nuevo vendaje en la parte izquierda de su torso y ya estaba haciendo movimientos bruscos, no me sorprendí de nada.

Sí, y lo mismo digo de Dublín añadió melodiosa Atenas.

Muy graciosa.

Kaminari y yo nos miramos por unos segundos, después nos echamos a reír tímidamente.

¿¡Qué te da tanta gracia!? preguntaron tanto Kiev como Dublín al mismo tiempo, hacia su respectiva pareja.

Esa vez, sí comenzaron las carcajadas entre todos los miembros del grupo, incluida Roma; que parecía que al ya tener su dinero y todo haber salido bien estaba más relajada y fuera del papel, además, interactuaba más tanto conmigo como con Kaminari.

Llegó la noche y teníamos que elegir habitaciones, por lo que Kiev hizo una reunión para asignarlas.

Vale, nos quedaremos aquí por un tiempo, por lo que os comunicaré las habitaciones que tiene cada uno.

¿Por qué no es de libre elección, como la última vez? preguntó Ámsterdam, a lo que también se interesó Seúl por conocer la respuesta.

-Porque ahora somos más gente y esto se convertiría en un puto caos, además, ahora todos dormiremos en el mismo piso. Ámsterdam, tú y Lisboa podéis dormir donde te alojaste la última vez, segunda planta tercera puerta a la derecha.

Entendido.

Atenas, tú te cambiarás y estarás en la segunda puerta a mano izquierda; Seúl, tu nuevo cuarto será tercera puerta a la derecha.

De acuerdo.

Roma, dormirás continua a Ámsterdam, primera puerta a la derecha, Dublín...

Yo también, ¿verdad?

Si no me dejas acabar nunca lo sabrás... Rodó los ojos en forma de hastío.

Perdona.

Dublín y Pikachu dormirán juntos, estáis de suerte, tenéis la cama más grande, primera puerta a mano izquierda.

¿No era esa tu habitación?

Lo era, dije que íbamos a cambiar.

Pero tú también vas a dormir acompañado.

Kiev chasqueó la lengua una vez más y respondió:

Primera puerta mano izquierda dije.

Si insistes...

Y nosotros... comenzó mirándome a mí ligeramente─, dormiremos en la tercera puerta a la izquierda, ¿lo entiendes? me preguntó con una voz suave.

le contesté de igual manera.

Bien, pues id a acomodaros y descargarlo todo.

Espera intervino Atenas─. ¿Estás diciendo que duermo en medio de las tres parejas?

De repente todos dibujamos en nuestra mente el mapa de las habitaciones según las había mencionado Kiev, al caer en lo que se refería, Roma no dudó ni un segundo en molestarla, seguida de Kaminari.

Jajaja, buena suerte lidiando con este sexteto de idiotas.

Trataremos de no hacer mucho ruido.-dijeron entre los dos al borde de las lágrimas.

A mí me hizo gracia, pero consideré que a Atenas quizá no tanto y que no debía reírme. Todos los demás dieron el pésame a Atenas y fueron a ejecutar las órdenes recién mandadas por parte del jefe.

Paré a Kiev para hablar con él.

¿Qué ha ocurrido?

¿A qué te refieres?

¿Por qué has cambiado de habitación?

¿Querías la cama grande?

No, es sólo... curiosidad.

No me hagas decírtelo.

Hazlo.

No.

Vengaaa insistí cual niño pequeño.

Kiev sopló en signo de rendición:

Quiero... quiero mantener más contacto contigo...

Mi rostro cambió a una expresión de desentendimiento.

Joder, quiero acercarme más a ti por las noches.

¿Eh?

ABRAZARTE MIENTRAS DORMIMOS.

Se arrepintió de haber gritado eso, su cara se tornó roja y me miró con ojos de furia.

Ahh ¡Conque era eso! Eres muy adorable, Katsuki me acerqué a él y le di un tierno beso en la mejilla.

Cállate y ve a tu habitación a deshacer la maleta.

Querrás decir nuestra habitación.

Sólo cierra el pico.

Está bien, pero debo añadir que yo no tengo nada. Lo dejé todo allí con las prisas.

Da igual, yo te dejaré algo de muda.

Asentí, iba a subir al segundo piso cuando la voz de Kiev me detuvo.

—¿Cómo te llamas?

—¿Eh?

—Tu nombre.

—Kiri-

—Tu apellido no, idiota. Tu nombre.

—Ahh, ¡haber empezado por ahí! ¿No te lo había dicho todavía?

Negó con la cabeza.

—Eijirou, me llamo Eijirou.

Se sonrojó un poco, lo pude ver en su expresión.

—Eijirou... Es precioso...

—No tanto como tú.

Volví a abrazarlo, le di un beso, esta vez en los labios, fue uno rápido; y ahora sí, subí al segundo piso.

紙の家 // kami no ie // - BakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora