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Jimin se encontraba acostado en su cama con la luz apagada, no supo en qué momento había comenzado a oscurecer, pero no le importaba. Trataba torpemete liberarse de aquellas lágrimas recordando una y otra vez las palabras de Jungkook junto con las de Ji-Eun y por supuesto que las de su madre. Se sentía tan pequeño y solo en estos momentos.

Escuchó el sonido de la puerta abriéndose e inmediatamente cerró los ojos.

Jungkook al entrar vio a su novio "durmiendo" y lo miró enternecido inclinándose para dejar un beso en su frente. Pero notó que sus mejillas se encontraban mojadas, como si acabara de llorar. Besó sus mejillas y finalmente se puso su pijama para recostarse a un lado de Jimin abrazándolo fuertemente de la cintura olfateando su delicioso aroma.

– M-Me estás lastimando, Kookie.– Se quejó Jimin por el fuerte agarre de Jungkook, su voz estaba entrecortada.

– Oh, lo siento, amor.– Aflojó su agarre.– ¿Por qué estabas llorando?– Preguntó preocupado mirando a Jimin, pero éste inmediatamente comenzó a liberar nuevamente lágrimas.

– L-Lo siento mucho, Jungkookie~– Se volteó para enfrentarlo mientras comenzaba a sollozar, Jungkook inmediatamente lo envolvió en sus brazos para brindarle cariño aún sin comprender del todo las palabras dichas por el rubio.

Y así estuvieron, aunque después de un tiempo en el que Jimin se tranquilizó, Jungkook decidió preguntarle por qué lloraba.

– Yo... No te puedo dar los hijos que quieres, supongo que seguramente estarás pensado en terminar conmigo para irte con una chica y así poder formar la bella familia que siempre quisiste.– Finalmente respondió entre hipidos.

– Amor, no digas esas cosas.– Jungkook lo miró comprendiendo mejor todo, le dolía ver como su Jimin lo miraba con ojos tristes, ¿en qué momento aquél hermoso chico tan fuerte que conoció de niño se había vuelto tan vulnerable con tan sólo unas palabras? Si el Jungkook del pasado tuviera la oportunidad de apreciar tal escena, diría que es una broma de mal gusto. Pero no, ahí se encontraba su Jimin con sus ojos cristalinos por temor al abandono y Jungkook no le daría tal cosa. Todo lo contrario, se encargaría de armarlo y cuidarlo, tal y como lo había hecho anteriormente.– Escucha, tú eres muy importante para mí, Jimin y jamás, óyeme bien, JAMÁS te cambiaría por alguien más. Y sí, es verdad que en el pasado quería tener hijos de mi propia sangre pero ahora digo, ¿para qué tenerlos cuando tengo en mis brazos a un hermoso ángel? Sé que en un futuro encontraremos a un angelito que dejará que le brindemos aquél amor y cariño que no pudo tener al nacer. Me hiciste darme cuenta de muchas cosas; que realmente no importa si nuestro futuro hijo no tiene nuestra sangre siempre y cuando lo llenemos de mucho amor y también no estoy renunciando a mis sueños, simplemente los estoy modificando de la mejor manera posible con la persona indicada.– Finalmente plantó un beso en la pequeña nariz de su novio quien expandió su bella sonrisa para después lanzarse a los brazos de Jungkook para abrazarlo como si de eso dependiera su vida.

– ¿En verdad, Kookie?– Sintió como el mencionado asentía correspondiendo a su abrazo.– Te amo.– Finalmente se separó mirándolo con los ojos lagrimosos con una enorme sonrisa.

– Yo también te amo, mi amor.– Sonrió de oreja a oreja. Finalmente ambos se abrazaron, hoy había sido un largo día, y aunque no había salido como lo tenían pensado  sentían que había valido la pena, pues ambos se encontraban compartiendo aquél calor corporal con una sonrisa mientras descansaban junto con la persona que más amaban.









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PARK JIMIN - 19 años

Había acabado el primer semestre y ahora saldríamos de vacaciones de invierno y a pesar de que mis horarios no coincidían con los de Jungkook, teníamos pequeños momentos del día en el que podíamos vernos, aunque ahora que estábamos por salir de vacaciones era mejor. Me encantaba demasiado en la forma en la que ambos logramos convivir mejor en el mismo techo, todo iba perfectamente bien y éramos felices.

Molesto Park • Kookimin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora