Molesto Park • Kookimin

12

– Parece estar muy seguro, Lee.– Dijo el señor Kwon mientras tomaba de su vino sentado en la sala de su mansión

– Jimin es gay y si esta es la única manera en la que ambas empresas se puedan unir, estoy dispuesto a aceptar. Así esté en contra de mis ideas.– Respondió el señor Lee seguro de sus palabras

– De acuerdo...– Dejó la copa vacía sobre la mesa una vez terminó de consumir todo el contenido de ésta.– Solamente que me gustaría ver a Jimin. Parece que aún no lo han encontrado, ¿acaso eso es cierto?– Encarnó una ceja.

– Lo encontraremos.– Fue lo único que dijo Lee asistiendo con la cabeza.

– Espero que así sea.

Ambos señores finalmente se despidieron. Taeyeon y Chunghee salieron del lugar subiendo a su auto.

– Yo sé quién podría saber de él- Habló la mujer mientras miraba hacia enfrente en el auto de su esposo.

• •

– Estamos bien, un par de días y volveremos a Corea.– Comentó Jungkook a través del teléfono.

– Me alegro que ambos se hagan cada vez más independientes. Estoy orgullosa de tí, Jungkook.

– Gracias.– Y Jeon sonrió de oreja a oreja por las palabras de su madre.

– ¿Qué piensan hacer cuando se gradúen?

– Aún falta para eso, pero honestamente yo quiero que nos casemos.– Respondió casi al instante con un sonrojo.– Bueno... Yo quiero pedirle matrimonio, aún no sé si vaya a aceptar.– Murmuró nervioso.

– Ese chico te ama, créeme que aceptará.– Respondió dulcemente notando los nervios de su hijo aunque no lo estuviera mirando.

– Pero aún falta mucho para eso...

– El tiempo pasa muy rápido, Jungkook.

– Lo sé.

– Bueno, alguien está tocando el timbre. Cuídate Jungkook y cuida de Jimin también.

– No es necesario que me lo digas, siempre cuidaré de él.– Dijo finalmente Jungkook.

La castaña colgó y caminó hacia la puerta para abrirla, sus ojos se abrieron como platos al ver a su vieja amiga. Hace tiempo que no la veía, para ser exactos, desde que se cambio de casa y claramente se le hacía muy extraño verla en la puerta de su casa, aún más en el estado en el que se encontraba, podia percibir un olor a cigarro y su ropa era de marca.

– Taeyeon.

– Suni.– Respondió la mencionada con una sonrisa.– ¿Cómo has estado?

– Muy bien, pero adelante, puedes entrar.– Contestó dándole el paso a la mujer junto a su esposo.

– Muchas gracias.– La rubia entró y tomó asiento en uno de los sillones al igual que su esposo.

– ¿A qué se debe tu visita?– La castaña tomó asiento en frente de ellos.– ¿Gustan algo para tomar?

– No, gracias.– Sonrió amablemente la mujer.– Únicamente vinimos para ver si tienes alguna información de dónde está Jimin.

– ¿Jimin?

– Sí, supongo que él estuvo viviendo antes aquí contigo y no sé si quizás te haya contado algo sobre su paradero actual.

Y vaya que lo sabía, pero por supuesto que conocía la historia detrás de la mudanza de Jimin, además de que jamás le gustó la idea del compromiso de su madre.

– Se fue de la casa hace unos años y lo hemos estado buscando para poder solucionar las cosas.– Continuó en un suspiro.– Lo hemos buscado por todo Busan, pero no hemos podido encontrarlo.– Sus ojos se cristalizaron.–Y nuestra única esperanza eres tú. Sé que cometí muchos errores en el pasado pero estoy dispuesta a entender y aceptar a mi hijo tal y como es.

Las palabras de su amiga se escuchaban tan sinceras que Suni solo se pudo imaginar lo horrible que sería no poder encontrar a tu hijo después de tanto tiempo buscándolo y sentirte cada vez más culpable por tus acciones, además conocía a su mejor amiga – O eso pensaba– y a pesar de que llevaban años sin hablarse podía ver en su mirada su arrepentimiento y tristeza.

Así fue como la señora Jeon le dio la información de que ahora Jimin se encontraba en Japón sin mencionar que Jungkook estaba con él.

• •

– Jungkook, el desayuno está listo.– Llamó Jimin mientras se lanzaba en la cama encima de Jungkook quien se encontraba durmiendo.

– Mmmh... Cinco minutos más~– Murmuró el castaño llevando sus manos hacia la cintura Jimin para abrazarlo y ponerlo a un lado de él.– No me has dado mi beso de buenos dias.– Formó un puchero, mismo que Jimin beso.

– Listo, libre de deudas.– Jimin trató de salir de los brazos de su novio pero Jungkook no se lo permitió.

– Bebé, aún tengo sueño.– Se quejó.

– Pero el desayuno.– Susurró Jimin en su oído dulcemente.

– Quiero dormir~–Jimin frunció ligeramente su ceño mientras picaba la mejilla del castaño.– Hey, no molestes.– Jungkook trató de quitar la mano de Jimin pero éste no se lo permitía llevando sus manos a otras partes de su cuerpo para seguir haciéndole cosquillitas, finalmente ambos rieron.– De acuerdo, de acuerdo.– Finalmente abrió sus ojos tallándolos ligeramente con sus manos al ver que sería imposible seguir batallando con Jimin.– Hay que desayunar.

A penas dijo esas palabras, Jimin se levantó triunfante para dirigirse nuevamente a la cocina seguido de un somnoliento Jungkook.

– Preparé sandwiches.– Jimin tomó asiento después de servir el café con leche para ambos y Jungkook tomó asiento después de acercar su silla para estar lo más cerca posible de Jimin para comenzar a comer.

– Están deliciosos.– Dijo Jungkook con una sonrisa.

– Sólo son sandwiches.– Jimin lo miró enternecido, pues a pesar de que para muchos les resulte una escena asquerosa, a Jimin se le hacía tierno ver a Jungkook hablando con sus cachetes llenos.– No tienen nada de especial.– Jimin dió una mordida más para después tomar de su café.

– Los hiciste tú.– Jungkook miró a su novio atento a sus facciones.– Todo lo que haces así sea lo más común, lo vuelves especial.– Jimin miró una vez más a Jungkook y con dulzura dejó un casto beso en sus labios.

– Te amo, Jeon.

Continuaron comiendo hasta que terminaron el desayuno, ambos lavaban los trastes mientras cantaban una canción en Inglés animadamente.

– Amor, ¿puedes abrir?– Preguntó Jimin mirando a Jungkook cuando recién acababan de tocar el timbre y el castaño asintió.

– ¿No se te hace extraño que alguien nos visite estando de vacaciones?– A penas Jungkook dijo eso y abrió la puerta sintió como su corazón se aceleraba, ¿qué hacía la madre de Jimin aquí?