CAPITULO XVI

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Me sentía tan bien con su compañía pero me daba miedo que nos descubrieran.

-          Aun no puedo creer que seré padre.

-          Crees que seamos buenos padres?

-          Claro que sí, no ha nacido y ya lo amamos.

-          Haz cambiado mucho.

-          No es que haya cambiado solo nunca tuve la confianza de mostrar mis sentimientos y aun me es difícil.

-          Yo siempre estaré a tu lado…

-          Y si no lo estás  yo buscare la forma para que o estés.- sus ojos grises me miraban tan intensamente llenos de amor y tal vez preocupación.

-          Como vamos a hacer para solucionar todo?

-          Ya que ahora no era el mejor momento para decir la verdad hablé con mi padre para que convenciera a Joan de esperar a que nazca nuestro hijo y de paso hable con mi madre para que te quedaras aquí… así me será más fácil verte.

-          Así que tu hiciste todo eso sin que Joan se entere… eres muy calculador lo sabias?

-          Si, lo sé, pero me vas a decir que no fue una buena idea.

-          No, claro que no, me alegra que hayas pensado en todo y tus padres no pensaron de lo raro de tus sugerencias?

-          No, soy el que maneja a la familia así que no se podían negar, a mi padre le dije que hay que estar seguros primero si él bebe es un Davis y a mi madre le dije que estabas delicada de salud así que ella solita insistió en que te quedes aquí.

-          Todo está bien menos lo que le dijiste a tu padre Robert, ahora debe estar dudando de mí.

-          El niño porqué estoy seguro que será un varón es un Davis así que no te preocupes, esa era la única forma para poder retrasar tu matrimonio.

-          Ok, ojala todo salga tan bien como lo muestras… - se acercó más a mí y me abrazo.

-          Mientras yo este a tu lado quiero que te sientas segura amor.- me hablaba al oído tan bajo que era como música sus palabras, sentía paz y seguridad.

-          Así me siento ahora, ojala pudiéramos estar así siempre.

-          Lo estaremos solo hay que tener paciencia… te amo tanto.

-          Y yo a ti.- el posó su mano en mi vientre que recién empezaba a crecer, si alguna vez dije que él no podría querer a nadie ahora pensaba muy diferente.

-          Voy a ver como hago para acompañarte a tus citas médicas sin llamar la atención.

-          Eso sería estupendo… quisiera dormir a tu lado, extraño eso más que nada.

-          No sabes las malas noches que pase por lo mismo, me acostumbre a ti, bueno los días que no esté mi hermano a media noche me esperas y entro a acompañarte, eh  decidido vivir aquí para estar cerca de ti.

-          Megan duerme contigo?

-          Solo ha ocurrido un par de veces, tratare de que las cosas con ella no avancen y se queden como están.

-          Por qué no terminas con ella?

-          Estas celosa? – pregunto alegre típico de los hombres, agrandar su ego por los celos de sus mujeres.

LA MASCARA DE UNA PASIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora