CAPITULO XXX

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El Blue Rose estaba cerrado, ya ni me acordaba que los domingos descansaban así que llame al celular de Saoto.

-          “Alo?”

-          Hola Saoto soy Camila

-          “que dicha escucharte”

-          Yo también estoy feliz de eso pero no te llamo para hacer vida social sino para pedirte un favor.

-          “se trata de tu esposo?”

-          Si, como adivinaste?

-          “simplemente lo presentía”

-          Cuando podemos vernos?

-          “el viernes”

-          Porque tanto?

-          “Acabo de salir de la ciudad… estoy trabajando”

-          Ya… entiendo, voy a llamar a Paola entonces.

-          “ella no podrá ayudarte, a pedido una semana libre para visitar a un familiar”

-          Tu sabes algo que no me quieres decir ¿cierto?

-          “luego hablamos de eso, ten paciencia, bueno es hora de dejarte así que anímate y cuídate mucho”

-          Está bien… besos

-          “Igualmente Tina”

Colgó y me quede pensando en Tina.

-          Kevin creo que Saoto me oculta algo.

-          Que te dijo?

-          Que esperara hasta el viernes.

-          Eso retrasa el plan.

-          Lo peor es que no dije nada de lo que pensábamos hacer y me llamó Tina.

-          Es brujo o k? jajja

-          Por eso digo que me está ocultando algo ya que brujo no es.

-          Ahora solo podemos esperar.

-          Tienes razón ya que si le digo a Bruno no aceptaría.

Después de despedirme de Kevin cogí el metro, recordando mi vida antes de Robert y la vi tan distante que parecía que aquella chica no era la misma que la de ahora corroborando lo que dijo Kevin sobre que la gente cambia y yo había cambiado mucho.

Sentada en la lejanía de mis pensamientos alguien me volvió a tierra.

-          Camila?- lo mire y sonreí al encontrarme con Alex ya que si no hubiéramos terminado no estaría donde estoy ahora.

-          Hola Alex.

-          Porque lloras? Te sientes bien?- ni cuenta me había dado de que mi cara tenia lágrimas.

-          Sí, estoy bien.- se sentó alado mío recostándose a la ventanilla.

-          Ah pasado tiempo desde que nos vimos.

-          Si… y como te va ahora?

-          Bien, no me quejo… y tú?

-          No tan bien.

LA MASCARA DE UNA PASIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora