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-Solo será por poco tiempo –me detuve y lo abracé por el cuello –puedes ir a visitarme, la pequeña ciudad que está cerca de la mansión tiene muchos lugares turísticos muy bellos

Me rodeo por la cintura y pegó su frente con la mía al mismo tiempo que ambos cerrábamos los ojos.

-No es lo mismo que tenerte aquí

-Sé que no

-¿Sabes qué? –despegó su frente –no me tomes importancia, ve, no te preocupes por mí. Sé que esto es algo que te emociona demasiado. Quiero que vayas, que disfrutes del trabajo que harás y disfruta de vivir en una mansión tan antigua como esa

Sonreí y apreté mi abrazo un poco más.

-Ya tendremos tiempo de vernos, esto no es el fin del mundo, solo será por un tiempo

-Claro que sí

Dejó de abrazarme por un momento, en lo que miraba la hora en su reloj.

-La función va a comenzar, aprovechemos el tiempo que aún tenemos

Le di un beso en los labios.

-Prometo traerte un poco de moho de 220 años de antigüedad

-Para esos regalos, mejor tráeme un paquete de galletas

-Hecho –me dio un último beso y caminamos al cine

El resto de la semana fue algo considerablemente más tranquilo. Simplemente tuve que dejar mis papeles en orden para podérmelos llevar, ir a la sesión de fotos de graduación, buscar un vestido con Nicole, ir a dar el visto bueno al salón en donde sería la fiesta, ponerme totalmente de acuerdo con el señor Jeon Chan Sik de cuándo llegaría a la mansión.

(...)

La fiesta de graduación fue buena, me gusto, no me quejo.

Después de eso, era momento de que Nicole tomará el avión a su nueva vida.

Temprano por la mañana me levanté para ir al aeropuerto donde sus padres y su hermano estaban con ella para despedirla.

-¡Charlotte! –Nicole me vio desde lejos y me saludo

-Hola –le di un abrazo y saludé a sus padres

Aún faltaba tiempo para que su vuelo saliera y ya había registrado las maletas, simplemente quedaba esperar a la llamada de abordaje. Como era temprano, su padre nos invitó a todos por un desayuno en uno de los tantos restaurantes que hay en el aeropuerto.

Pensar, que esta sería la última vez que podría hablar con ella de este modo en quién sabe cuánto tiempo, me puso algo triste, pero debía sentirme feliz, ella está cumpliendo uno de sus más grandes sueños.

Después de un alegre desayuno, solo tuvimos que esperar por uno minutos más antes de que anunciaran por el micrófono que el vuelo de Nicole estaba a punto de salir y ya era hora de que todos los pasajeros abordaran.

-No puedo creer, que después de tanto tiempo, nos separemos –dije

-Ni yo –me sonrió –pero, puedes ir a visitarme cuando quieras, esto no es el final

-Pero, será diferente no tenerte todos los días cerca de mi

-Lo sé –me tomó de las manos –pero, estas cosas tienen que pasar para que podamos cumplir nuestras metas

-¿Prometes traerme una momia?

-Prometo traerte dos

-Hecho

Nos dimos el ultimo abrazo.

Le dio un fuerte abrazo a toda su familia y juntos esperamos a que abordara el avión hasta que despegara.

-¿Cuándo te iras tú? Cariño –su madre me tomó del brazo y todos juntos comenzamos a caminar a la salida

-Mañana por la mañana

-¿Oliver ira contigo?

-No, él no podrá acompañarme 

Esta mujer era como mi segunda madre y mi madre, era como una segunda madre para Nicole.

Regresé a mi casa, aún tenía que hacer algunas maletas. No estaba segura cuánto tiempo me tomaría y no sabía exactamente cuánta ropa llevar, pero, de todos modos, podría ir a la ciudad y comprar más cosas, ciertamente, no era necesario llevar tantas maleteas, con que lleve una que me dé el tiempo de acoplarme, poder salir y comprar más ropa es suficiente.

Haciendo mis maletas, me dio la noche.

-¡Charlotte! Oliver está aquí –gritó mi madre desde abajo

Bajé las escaleras e invité a Oliver a subir a mi habitación.

Miró las dos maletas en mi cama y las acaricio con las yemas de sus dedos.

-Vendré por la mañana –dijo antes de sentarse a un lado de ellas

-¿Vendrás a despedirme?

-Claro que sí –me tomó de la cintura y me dejó de pie en medio de sus piernas, mirándome con la vista levantada –cada minuto ahora es valioso

-Hablas como si fuera a morirme

-Cállate, no digas eso

Sonreí divertida.

-Es solo por un tiempo

-Sé que sí –terminé por sentarme en una de sus piernas y me sostuve colgándome de su cuello

-¿Sabes qué? ve a visitarme, te diré cómo están las cosas y te diré cuándo tengo libre, podemos ir a la ciudad y quedarnos en algún hotel

-Me gusta la parte del hotel –sonreí y le di un beso en los labios –sabes –me levantó de sus piernas y después él se levantó –mejor me voy, tienes que descansar para que puedas manejar, si no me voy ahora, creo que no podremos dormir

-ja, mis padres están abajo

-¿Y qué? Puedo fingir que me voy y entrar por la ventana –señaló la ventana por encima de su hombro –o, puedo quedarme aquí y dejarme llevarte hasta las puertas de la casa de los locos Adams

-No, vete –lo empuje por la espalda hasta la puerta de mi habitación –no necesito que me lleves. De todos modos, debo llevarme mi auto ¿Y después que me dejes qué harás? ¿Regresar caminando?

-Puedo tomar un autobús

-No, está bien

-Espera –se giró tan de prisa y me tomó de la cintura tan rápido que parpadee confundida un par de veces –solo una vez, pasará mucho tiempo hasta que podamos estar solos

-Oli...

-Tus padres están ocupados, de todos modos –puso seguro en la puerta –podemos quedarnos junto en la puerta y escuchar cuando vengan

Comenzó a besarme el cuello haciéndome cosquillas y al final logró convencerme.

Por la mañana, me desperté temprano, me di un baño y preparé mis cosas en el auto,

Mamá parecía más estresada que yo, me repetía todo el tiempo la lista de cosas que debía llevar, aunque, solo iba a otra ciudad, no a una isla desolada donde no podría conseguir nada.

-Mamá, ya basta, llevo todo

-Déjame ponerme nerviosa

-Bien -sonreí 

Vals de Máscaras (JeonJungKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora