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Levanté la mirada y vi a Violeta recargada en la pared, justo en la esquina del pasillo.

-Quiero hablar un momento contigo

-Bien

Se dio la vuelta y comenzó a caminar. Llegamos al comedor donde no había nadie y nos quedamos junto a la puerta.

-¿Qué quieres decirme? –pregunté

-Deja de andar tras Jungkook, es mi novio

-¿D-Disculpa?

-Sé que andas tras mi novio y no voy a permitir que me lo quites

-Oye, yo no estoy haciendo nada

-Si como no. Andas paseándote por la casa siendo la chica dulce y cariñosa. No te queda

-Espera, espera. Jungkook y yo somos buenos amigos, tengo novio, no ando detrás de él

-Pues lo que sea que estás haciendo, déjalo. Vete a tu casa, yo me encargaré de conseguir a otra persona que se encargue de arreglar esa basura

Esta chica me hacía perder mi paciencia y eso que tengo demasiada paciencia.

-En primera, Jungkook y yo somos amigos, segundo, no eres mi jefa y solo él o su padre pueden correrme, en tercera –di un paso para acercarme a ella y bajé la voz –a mí no me tratas como a los demás, soy más que tú. Deberías tenerme más respeto ¿Escuchaste?

Parpadeo un par de veces.

-Si eso es todo lo que iba a decirme, con permiso, tengo cosas que hacer. Buenos días, señorita Baudin

Abrí la puerta y me fui.

Soy una idiota ¿Cómo pude haber dejado que lo de anoche pasara? Él tiene novia y yo tengo novio. Esto está mal, no puedo dejar que algo como esto pase de nuevo.

Jungkook

Hoy me sentía más relajado y feliz que otros días, tal vez... por lo que paso en la biblioteca.

Tan solo recordarlo, me hacía sonreír.

Supongo que Charlotte despertaría más tarde porque no la vi por los pasillos cuando bajé a desayunar. Desde que Violeta regresó a casa, dejé de comer en la cocina y regresé al comedor, no creo que a nadie le agrade estar con ella y no creo que Violeta quiera comer en la cocina.

Después de unas horas trabajando en mi oficina, dejé todo, quería verla por un momento para poderme concentrar del todo en mis cosas. Dejé la pluma que tenía en la mano y me levanté para ir a su estudio de trabajo.

Desde afuera se escuchaba la suave música que ella acostumbra poner cuando trabaja. Me acerqué a la puerta que estaba entre abierta y la empuje con suavidad.

Charlotte estaba inclinada sobre la mesa, de pie, con un pincel en las manos, con el cabello en un moño sobre su cabeza, con su bata y con suma concentración.

Golpee un poco la puerta para que notara mi presencia.

Me miró, pero regresó sus ojos a lo que hacía.

-¿Ocupada? –pregunté

-Algo

Su tono frió y cortante me confundieron.

-¿Pasa algo? –cerré la puerta a mis espaldas y me acerqué

-No pasa nada, solo estoy trabajando

-No, no. Estas... distante

-No estoy distante –remojo el pincel en un pequeño vasito blanco que tenía a un lado y regresó al cuadro

Vals de Máscaras (JeonJungKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora