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Sonrió divertido, como si mi repuesta hubiera sido el efecto que él estaba buscando, que me molestara y le contestara.

-Me gustaría saber una cosa –me crucé de brazos -¿Por qué me odias? Que yo recuerde, la primera vez que nos vimos, fui amable contigo

-mmm... -metió las manos a las bolsas de su pantalón y miró al techo –no lo sé –me miró –tienes esa clase de rostro que molesta simplemente por verlo

-aj

Jungkook

Me emocionaba la idea de seguir mi trabajo desde la mansión vieja que compré. Desde que la vi, no lo sé, sentí que debía ser mía, sentí que yo debía cuidar de ella.

Pero nunca esperaba encontrarme a Charlotte en esta casa, desde la primera vez que la vi, fue lo mismo que con la casa, tuve un fuerte sentimiento, solo que, con ella, el sentimiento fue de odio.

No lo sé, ella me hace querer molestarla.

Los jardineros estaban haciendo su trabajo perfectamente bien. Yo los miraba desde la ventana.

-¿Qué te parece Charlotte? –le pregunté a Eugen que estaba a mi lado

-Me pareció una señorita muy amable

-¿En serio? –lo miré

-Sí

-m

-¿No es esa clase de personas?

-No, no. Solo... preguntaba

Su pregunta me tomó con la guardia baja. Sé que tiene una cara que me molesta, pero realmente ¿Qué es lo que me molesta de ella?

Es hija de una gran marca de joyería, con dinero suficiente como para comprar unas cuantas casas como esta y, sin embargo, terminó una carrera y ahora está trabajando para mi padre.

Algo en ella debe haber que sea una razón válida para decirle cuando me vuelva a preguntar, simplemente tengo que encontrarla.

-¿Sabes algo de Violeta? –pregunté

-Sí, la señorita llega en unas cuantas horas

-Prepara su habitación

-Esta lista para cuando ella llegue

-Perfecto

Regresé a mi oficina para continuar con mi trabajo.

Después de unas horas. Eugen abrió la puerta.

-Señor, la señorita Violeta...

-Hola, amor

Violeta no dejó que Eugen terminara de presentarla.

Lo miré a sus espaldas y él solo rodó los ojos haciéndome sonreír.

A mí tampoco me agrada, Eugen.

No dijo nada más y cerró la puerta.

-¿Cómo estuvo tu viaje? –le pregunté

-Aburrido, siempre la misma vista. Hubiéramos ido a otro lado

Violeta era una chica alta, delgada, de cabello café sobre los hombros, con un rostro lindo, pero un carácter horrible.

-Tengo que estar aquí para atender la casa

-No entiendo porque tu padre compró una casa en ruinas como esta

-Es importante conservar la historia, es lo que está haciendo, además... él no la com5pro

-¿Tu madre?

-Yo

-¡¿Tu?! –se dejó caer en la silla delante de mi escritorio -¿Por qué comprarías una casa como esta? Pudiste haber gastado ese dinero en un Penthouse, una mansión más moderna, otra cosa que no fuera esto

-Me gusta esta casa –la miré y le sonreí

-No pienso venirme a vivir aquí cuando nos casemos

¿Casarnos?

-¿Cuándo te propuse matrimonio? Ni siquiera somos novios

-¡Jungkook!

-Oye, recuerda que solo estoy ayudándote

-Lo sé, pero... -susurró haciendo un puchero –pensé que después de estos dos años, sentías algo por mi

-No te equivoques, no me agradan las chicas mimadas como tu

-aj, siempre eres mala persona conmigo

-Porque siempre eres mala persona con todo mundo

-Te vas a enamorar de mí, ya lo veras

-Lo dudo mucho

-Todos los chicos se enamoran de mí, tarde o temprano

-Ya veremos –la miré -¿Por qué no vas a darle un vistazo a la casa?

-aj

Se levantó de la silla y cam5ino a la puerta.

-No te metas en problemas

Azotó la puerta.

Por fin un momento de paz.

Solo hago esto por ella y porque es divertido, pero mi paciencia se está agotando.

Por la tarde, dejé mi oficina por un momento, me dolía el trasero de tanto estar sentado y, además, no había escuchado la voz fastidiosa de Violeta y no quiero que cause problemas en esta casa.

Caminé por los pasillos hasta las escaleras, buscando por todos lados a alguien que me diera algo de información.

-Cuervo –lo detuve en su camino

-¡Jungkook! Lamento no haberte saludado cuando llegaste

-Sé que estas ocupado –nos dimos un saludo de amigos de muchos años

-Vi a la señorita Violeta

-¿Dónde está? Estaba buscándola

-Fue con Alexa a la ciudad, quería comprar algo de ropa

-¿Más ropa?

Levantó los hombros.

-¿Por qué con Alexa?

-Porque no quiso que yo o el abuelo la lleváramos

-Entiendo... ¿y Charlotte?

-No ha salido de su estudio de trabajo desde que llegaron las cosas

-¿No ha salido?

-No

No sé porque, pero me sentí nervioso.

-¿Por lo menos has revisado que este bien?

-N-No

Pasé por su lado, directo al estudio de trabajo de Charlotte.

Me acerqué a la puerta, pero no escuchaba nada. Edgar estaba a mis espaldas.

-Toca –le ordene

-B-Bien

Cambiamos de lugar y de inmediato tocó a la puerta.

-Señorita Charlotte, soy Cuervo

Vals de Máscaras (JeonJungKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora