Vals de Máscaras (JeonJungKook)

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-Traigo su equipaje, señorita

Era un chico joven, calculo que, de mi misma edad, con pecas y un cabello rojo tirándose a café, con una piel blanca como la nieve y unos labios delgados pero rosados. Llevaba puesto unos pantalones de vestir, una camisa blanca y un chaleco de vestir color negro junto con una corbata azul claro.

-Puedes dejarlo junto a la puerta

Dejó mis dos maletas donde le pedí.

-Me llamo Edgar, pero todos me dicen cuervo

-Si tuvieras el cabello negro y cara alargada, te pediría un autógrafo

Edgar sonrió.

-Me llaman cuervo precisamente por mi nombre, pero no tengo nada de ingenio en la escritura ni nada de eso, simplemente soy la mano derecha de Eugen, él es mi abuelo

-Soy Charlotte Laville, seré la restauradora

Nos dimos la mano en un saludo.

-¿Eres la hija del mejor amigo del señor Jeon?

-Sí

-Él ha hablado mucho de ti, tiene mucha confianza en que harás un buen trabajo

-Espero hacer lo mejor... ¿Puedo preguntar quién te puso el apodo de cuervo?

Edgar Allan Poe, el mejor escritor de novelas de crímenes y terror. Uno de mis favoritos.

-Me lo puso Jungkook, cuando nos conocimos

El nombre me sonaba, pero no recuerdo de dónde.

-¿Quién es él?

-¿No lo conoce? -me miró sorprendido

-Su nombre me suena familiar, pero no logró recordarlo

-Es el hijo del señor Jeon

Oh por Dios.

Ya lo recuerdo, recuerdo que sólo nos vimos un par de veces cuando éramos niños y él siempre fue grosero conmigo. Me sacaba la lengua (teníamos 5 o 7 años cuando nos vimos) rompió el moño que llevaba en el cabello aquel día. Ese tipo me odia sin que yo sepa la razón.

-Ya lo recuerdo –dije forzando una sonrisa

-Él admira a Edgar Allan Poe y por eso me puso ese apodo

-¿Te molesta que te llamen así?

-¿Ah? ¡Para nada! Creo que es cool que me llamen cuervo, suena... misterioso e intimidante

-Bien -sonreí -es un gusto conocerte, cuervo

-El gusto es mío, señorita Laville

-Llámame Charlotte

-Lo haré -sonrió -am.... la comida estará en un momento, descanse por mientras. Alguien vendrá después a indicarle el camino al comedor

-Bien, gracias

-Permiso

Tomé mis maletas y comencé a sacar la ropa y todas mis cosas para acomodarlas en los cajones y en el closet.

Al no ser tanta ropa, no me tomó mucho tiempo, pero fue el suficiente para que la comida estuviera lista y vinieran a llamar a mi puerta de nuevo.

Abrí la puerta y una mujer de pelo negro peinado en un moño en la cabeza, con un vestido negro sencillo y discreto, tacones negros bajos y medias color beige, piel clara y arrugada, labios rojos y una linda sonrisa me estaba esperando delante de mi puerta.