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[Bankotsu] 

Verla allí, actuando, porque si, sabía que estaba interpretando el papel de novia herida, me hicieron recordar viejos hábitos.
Uno de ellos era la noche de los viernes. Esas noches en las cuales no sólo comíamos pizzas y veíamos películas, si no que jugábamos con Kag y sus padres al dígalo con mímicas.
Kag y su papá siempre nos ganaban porque la traviesa azabache, era muy buena  en la actuación.

- Bravo, bravo, bravo- aplaudí ingresando al salón detrás de ella.  La había seguído luego de su teatrito con Kikyo y Hiten. Su capacidad de actuar se asemejaba a la de una actriz profesional déjame felicitarte kag- vi el desconcierto en su rostro y la entendí.  Ni siquiera yo sabía que mierdas hacía arrastrandome detrás de ella.

-¿Qué quieres Black?- Si, estaba molesta, sabía que eso podría llegar a suceder, yo también lo estaba.

- ¿Ya nada de Bankotsu?- odiaba que me llamara por mi apellido, como si fuésemos completos extraños.

-¡Púdrete!- farrulló elevando el tono de su voz- ¿porqué debería de llamarte por tu nombre de fila?- al responderme dió media vuelta y se dirigió hasta el lado de las ventanas buscando algo o a alguien, ignorandome por completo, cosa que me molestó.

-¿Porqué me ignoras?- no lo pensé, simplemente las palabras escaparon de mi boca.

-¿Porqué no habría de hacerlo?- contraatacó sin fijar su mirada en mí, pero pude ver como sus manos estaban empuñadas y su cuerpo en tensión. Luego volteó como si nada y caminó a paso lento hasta mí, posicionandose enfrente, con la vista clavada en mi inmutable rostro.
Sus ojos estaban grises ¿Porqué estaba triste?- para mí no eres nadie Black- dijo con su vista clavada en el largo de mi cabello. Sabía lo que estaba pensando, quizás si, quizás no,  nosotros no somos dueños de nuestros destinos.
Y sólo me dí cuenta de eso cuando ella intentó pasarme de largo, su hombro chocó con el mío y yo no hice más que tomarla por las muñecas y tirarla hacia mí de forma brusca.
Fué tal su sorpresa que trasvilló con una de las sillas y quedó acorralada entre mi cuerpo y la mesa detrás de ella.

- ¿Estás segura que para ti no soy nadie Higurashi?- ella podría decir cualquier cosa de labios para afuera, pero claramente no podía manejar las reacciones de su cuerpo- creo que nuestra  cercanía no concuerda con las palabras de tu boca.

-¡Pudrete!.

-Tsk, creo que necesitas un vocabulario nuevo, ¿no tienes otra palabra que esa?

-¡Qué te den Bankotsu! ¡Suéltame!- me deleite observando sus facciones. Había olvidado lo divertido que era hacerla enojar, cosa que hacía a diario.

-Oh...ahora llegamos al Bankotsu, eso es un avance- bromeé- en cuanto a tu "que te den", me encantaría, acepto tu propuesta- su cara se desencajo y yo sonreí al ver que el tiro le había salido por la culata, así que decidí ir más lejos.
Jalé las muñecas de Kag hacia atrás y posicioné una de mis piernas entre sus muslos...ella jadeó por la sorpresa.

-¿Queee...qué haces?-toda la seguridad que destilaba minutos antes, se había ido por el drenaje.

-Solo tomo tu ofrecimiento nena.

-Detente o gritaré- esa era una muy buena opción, pero no estaba en mis planes detenerme, no cuando su cuerpo estaba a mi disposición, no cuando viejos recuerdos me embargaban.

-¿Lo harías ka-go-me?- presioné mi entre pierna en ella y se revolvió al sentir mi proximidad- Ahhh, lo siento, olvidé que no soy Hiten princesa- le susurré al oído, al inclinarme sobre ella, su aroma, su cercanía, el tenerme de esta manera me estaba volviendo loco, pero nunca pensé que en ves de confrontarme, ella me refrenaría, no lo imaginé hasta que un terrible dolor se instaló en mi parte baja- ¡¡Ahhh!!! ¡Carajo!, ¿que piensas que haces? ¡Con un demonio Higurashi!- la muy maldita había golpeado mis partes bajas con un rodillazo que me hizo ver mucho más allá de las estrellas. Intenté incorporarme de golpe para hacerle frente, pero el dolor era muy insoportable.

"Mi Orgullo Mí Perdición "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora